Un análisis de la falta de empatía como obstáculo clave
El papel del mediador exige habilidades sociales complejas: escucha activa, neutralidad emocional y, sobre todo, empatía, que es la capacidad de comprender y resonar con las emociones y perspectivas ajenas. Sin embargo, cuando una persona con rasgos narcisistas pretende ocupar este rol, surgen cuestionamientos éticos y funcionales. El presente ensayo examina si un narcisista puede o debe actuar como mediador, subrayando especialmente la falta de empatía como una limitación crítica.
Narcisismo: concepto y características
El narcisismo, cuando alcanza niveles clínicos, se clasifica como trastorno narcisista de la personalidad (TNP). El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) define este trastorno como un patrón general de grandiosidad (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y carencia de empatía, que comienza en la adultez temprana y se manifiesta en diversos contextos (American Psychiatric Association, 2013).
Los principales rasgos del narcisismo incluyen:
Sentido exagerado de autoimportancia.
Fantasías de éxito ilimitado, poder o belleza.
Necesidad excesiva de admiración.
Explotación interpersonal.
Inhabilidad para reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás (APA, 2013).
Alberto VIllegas Cabello
Abogado y Mediador
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