DIÁLOGO CONSTRUCTIVO.

 

En la actualidad nos encontramos en una encrucijada ante un alza en la escalada de violencia, la cual es preocupante, en todos los aspectos desde al ámbito de las instituciones públicas del gobierno federal, hasta en los núcleos sociales más modestos, tales como, en la convivencia de vecinos, instituciones laborales, la familia, entre otras. Lo anterior ha traído que el nivel de diálogo sea insuficiente, el cual se convierta en un arma letal de polarización, de exclusión, de fomento a la violencia y discriminación. En otras palabras, estamos hablando una narrativa de odio en la que no impera la unión, sino la destrucción.

Así mismo, se ha confundido el diálogo por algunos actores supuestamente políticos, en un concepto de discusión sin fundamentos y bases lógicas, al dado caso cuando hay un debate en el que hacen alusión a una comunicación circular en donde hay un emisor y un receptor, uno recibe la información y el otro la devuelve la respuesta. Pero esa contestación depende la forma en que se formula la respuesta, si es con un lenguaje de violencia o sin violencia verbal.

La violencia verbal va acompaño de un sentimiento de culpar a la otra parte, sin asumir su responsabilidad del hecho que acontece al conflicto, con una serie de descalificativos e improperios, en cuanto eleva el nivel de conflicto, da paso una circular narrativa de comunicación destructiva en donde se centran los ataques personales.

Por otro lado, hay el término de comunicación no violenta la cual privilegia el diálogo de carácter constructivo en el que se toma en consideración a la persona en su esencia en su sentir, en su emoción y la formulación de una propuesta con óptica que sea más favorable, con el objetivo de trabajar el abordaje de un inicio de una narrativa destructiva a fin de transitar a una plática en la modalidad constructiva, de manera que se procura ver una causa raíz del conflicto en un hallazgo, en dirección de situar las oportunidades de mejora.

En consecuencia, una modalidad de contrarrestar la polarizacion de una narrativa de odio y desunión, en mi opinión es a través del uso de la comunicación no violenta, por parte del emisor o  el receptor se apoye por el expresar el YO acompañado la frase por el  siento del cual se deriva un sentimiento de preocupación, molestia, sorpresa, entre otros, por consiguiente se da el paso de expresar una emoción, de ahí a fin de hacer una conexión empática con el propósito de iniciar a reencuadrar la charla en dirección de contrarrestar el ánimo de contienda, a fin de procurar centrarse en descifrar intereses y necesidades una posición, con el objetivo en particular de acrecentar un diálogo constructivo se alcance una solución hecha a la medida de las partes.

Por último, al hablar de un diálogo constructivo, se escucha fácil; empero tiene un grado muy amplio de dificultad, por la razón que sea de cambiar un paradigma de confrontación hacia un nuevo estilo de vida en el que establezca una nueva forma de afrontar los problemas de manera colaborativa entre las partes en conflicto, por medio de los diferentes instrumentos de derecho colaborativo.

Alberto Villegas

Abogado Mediador 

 

 

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