lunes, 29 de septiembre de 2025

Diferencia entre interés y necesidad. Segunda Parte

 

SEGUNDA PARTE

Diferencia entre interés y necesidad (según el enfoque del método Harvard y otros enfoques complementarios)

AspectoInterésNecesidad
DefiniciónEs el por qué detrás de una posición. Son deseos, motivaciones o preocupaciones que explican lo que quieres.Es algo fundamental o básico, vital para tu bienestar físico, emocional o psicológico.
NaturalezaPuede ser negociable o flexible.No negociable; si no se satisface, se produce malestar o conflicto.
EjemplosReconocimiento profesional, equilibrio vida-trabajo, ahorro de tiempo.Seguridad, salud, dignidad, respeto, pertenencia.
ProfundidadMás superficial que la necesidad, aunque importante.Más profunda; a menudo inconsciente hasta que se ve amenazada.
SatisfacciónPuede lograrse de varias formas.Requiere ser abordada directamente.
Relación con la posiciónEs lo que da sentido a una posición.Es la base que sostiene tus intereses.



Alberto Villegas Cabello
Abogado y Mediador
KofC

sábado, 27 de septiembre de 2025

Diferencia entre Interés y Necesidad Primera Parte

 




Diferencia entre Interés y Necesidad según el Método Harvard y otros Enfoques Complementarios

Introducción

En el ámbito de la negociación, la distinción entre intereses y necesidades es fundamental para alcanzar acuerdos sostenibles y equitativos. Esta diferenciación se ha convertido en un pilar del Método Harvard de Negociación, desarrollado por Roger Fisher y William Ury, y ha sido enriquecida por otros enfoques complementarios en el campo de la resolución de conflictos. Entender esta diferencia no solo mejora la calidad de los acuerdos, sino que también transforma la forma en que se abordan los desacuerdos, promoviendo un enfoque colaborativo y orientado a soluciones duraderas.


Interés vs. Necesidad: Definiciones y Perspectiva del Método Harvard

El Método Harvard propone un cambio de paradigma respecto a los métodos tradicionales de negociación basados en posiciones rígidas. Según este enfoque, es crucial separar las posiciones de los intereses. Las posiciones son las demandas explícitas que una parte formula ("quiero un aumento del 10%"), mientras que los intereses son las motivaciones subyacentes que impulsan esas demandas (por ejemplo, "necesito sentirme valorado" o "quiero cubrir el aumento del costo de vida").

En este contexto, los intereses representan los deseos, preocupaciones y aspiraciones que motivan a las partes a negociar. Son más flexibles y permiten encontrar múltiples soluciones para satisfacerlos.

Por otro lado, las necesidades, aunque relacionadas, son más fundamentales y universales. Desde una perspectiva más amplia —y complementaria al Método Harvard— se pueden entender como elementos esenciales para el bienestar humano: seguridad, reconocimiento, identidad, pertenencia, justicia, entre otros. En otras palabras, mientras los intereses pueden variar según el contexto o la estrategia, las necesidades humanas básicas son constantes.


Ejemplo Práctico

Imaginemos una negociación entre una empresa y un empleado que solicita trabajo remoto.

  • Posición del empleado: "Quiero trabajar desde casa tres días a la semana".

  • Interés: "Necesito más tiempo con mi familia", "Quiero evitar el estrés del tráfico".

  • Necesidad subyacente: equilibrio entre vida personal y profesional, bienestar emocional.

El Método Harvard recomienda centrarse en los intereses, ya que esto abre la puerta a múltiples formas de satisfacerlos. Por ejemplo, la empresa podría ofrecer horarios flexibles o días de descanso adicionales si el trabajo remoto completo no es viable.


Otros Enfoques Complementarios

Varios enfoques contemporáneos de resolución de conflictos, como el modelo de Necesidades Humanas de John Burton, ponen un énfasis aún mayor en el reconocimiento y satisfacción de necesidades fundamentales. Burton argumenta que los conflictos prolongados o violentos no pueden resolverse únicamente a través de la negociación de intereses, ya que muchas veces estos son síntomas de necesidades insatisfechas más profundas.

Asimismo, enfoques como la Comunicación No Violenta (CNV) de Marshall Rosenberg destacan la importancia de identificar las necesidades universales detrás de las emociones y conductas humanas. Para Rosenberg, cuando las personas expresan demandas o quejas, lo que realmente están comunicando son necesidades que aún no han sido atendidas adecuadamente.


Diferencias Clave

AspectoInterésNecesidad
NaturalezaSubjetiva y variableUniversal y constante
FlexibilidadAltaBaja (no negociables)
EjemplosSeguridad laboral, desarrollo personalIdentidad, pertenencia, autonomía
Enfoque (Harvard)Base para buscar soluciones creativasImplícitas, a veces no reconocidas
Enfoques complementariosSe busca satisfacerlos para evitar conflictoRequieren reconocimiento para resolver conflictos profundos

Conclusión

La distinción entre interés y necesidad no es meramente teórica: tiene profundas implicaciones prácticas en la forma en que se negocia, se resuelven conflictos y se construyen relaciones humanas duraderas. El Método Harvard, al enfocarse en los intereses en lugar de las posiciones, proporciona una herramienta poderosa para llegar a acuerdos mutuamente beneficiosos. Sin embargo, en situaciones más complejas o de alto conflicto, es fundamental integrar enfoques que reconozcan la centralidad de las necesidades humanas. Solo cuando estas son comprendidas y abordadas, se puede avanzar hacia soluciones genuinamente sostenibles y justas.



Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador

Kof C

Bibliografía

Fisher, R., Ury, W., & Patton, B. (2011). Getting to Yes: Negotiating Agreement Without Giving In (3rd ed.). Penguin Books.

(Título en español: "Sí... de acuerdo. Cómo negociar sin ceder")

Burton, J. W. (1990). Conflict: Resolution and Provention. Macmillan.

(Desarrolla el enfoque de las necesidades humanas en conflictos profundos)

Rosenberg, M. B. (2003). Nonviolent Communication: A Language of Life (2nd ed.). PuddleDancer Press.

(Título en español: "Comunicación No Violenta: Un lenguaje de vida")

Ury, W. (1993). Getting Past No: Negotiating in Difficult Situations. Bantam Books.

(Complementa el Método Harvard para contextos conflictivos o con resistencia)

Moffitt, M. L., & Bordone, R. C. (Eds.). (2005). The Handbook of Dispute Resolution. Jossey-Bass.

(Obra académica con diferentes enfoques sobre resolución de disputas, incluidos Harvard y otros)

Deutsch, M., Coleman, P. T., & Marcus, E. C. (Eds.). (2011). The Handbook of Conflict Resolution: Theory and Practice (2nd ed.). Jossey-Bass.

(Explora enfoques prácticos y teóricos de resolución de conflictos, incluyendo necesidades humanas)





miércoles, 24 de septiembre de 2025

METODO HARVARD

 


¿Qué es el Método Harvard de negociación?

El Método Harvard es un enfoque de negociación desarrollado por el Harvard Negotiation Project en la Universidad de Harvard. Es ampliamente reconocido por su efectividad en lograr acuerdos justos, eficientes y duraderos, incluso en situaciones de conflicto o desacuerdo.

Fue presentado al mundo en el libro clásico:

“Getting to Yes: Negotiating Agreement Without Giving In”
(en español: "Obtenga el sí: El arte de negociar sin ceder")
Autores: Roger Fisher, William Ury y posteriormente Bruce Patton.


 Objetivo del método Harvard

El propósito central del método es negociar sin pelear, sin ceder innecesariamente, y sin romper la relación con la otra parte. Propone que ambas partes pueden ganar si negocian con base en intereses reales y criterios objetivos, no desde posiciones enfrentadas.


 Los 4 principios clave del Método Harvard

1.     Separar a las personas del problema

o    No tomar el conflicto como algo personal.

o    Manejar emociones, percepciones y relaciones por separado del tema a resolver.

o    Fomentar una comunicación clara y respetuosa.

2.     Centrarse en los intereses, no en las posiciones

o    Las posiciones son lo que cada parte dice que quiere.

o    Los intereses son lo que realmente motiva esas posiciones (el "por qué").

o    Explorar los intereses permite encontrar soluciones creativas y mutuamente beneficiosas.

3.     Inventar opciones de mutuo beneficio

o    Buscar acuerdos que satisfagan a ambas partes.

o    Superar el pensamiento de “suma cero” (yo gano / tú pierdes).

o    Usar la creatividad para generar alternativas.

4.     Insistir en criterios objetivos

o    Basarse en datos, normas, estándares justos y principios legítimos.

o    Evitar presiones, amenazas o juegos de poder.

o    Llegar a acuerdos que ambas partes puedan justificar racionalmente.


 Otros conceptos importantes del método

🔸 BATNA (Best Alternative To a Negotiated Agreement)

Mejor alternativa a un acuerdo negociado

Antes de negociar, debes tener clara tu mejor opción en caso de que no se llegue a un acuerdo. Cuanto mejor tu BATNA, más fuerte tu posición.

🔸 MAPAN (en español)

Mejor Alternativa Posible A un Acuerdo Negociado
Traducción comúnmente usada del concepto BATNA en países hispanohablantes.


 Ventajas del Método Harvard

  • Promueve acuerdos justos y sostenibles.
  • Preserva o mejora la relación entre las partes.
  • Es útil en negociaciones laborales, empresariales, diplomáticas, familiares, etc.
  • Ayuda a evitar enfrentamientos destructivos o soluciones impuestas.

Alberto Villegas Cabello
Abogado y Mediador
KOFC 

lunes, 22 de septiembre de 2025

EL CONFLICTO: ANALSÍS EN LA MEDIACIÓN





 En el contexto de la mediación, el conflicto es una situación en la que dos o más partes tienen intereses, necesidades, valores o percepciones incompatibles o en oposición, generando tensiones que pueden afectar su relación o impedir la cooperación.

 🔹 ¿Qué es el conflicto en mediación?

En mediación, el conflicto no se ve como algo negativo en sí mismo, sino como una oportunidad para el cambio, el crecimiento personal o relacional y la construcción de acuerdos. La mediación busca transformar ese conflicto en una solución colaborativa y mutuamente satisfactoria.

🔹 Elementos del conflicto

El conflicto suele componerse de varios elementos interrelacionados. Los principales son:

1. Personas o partes involucradas 

  • Son quienes tienen intereses o necesidades en disputa. Pueden ser individuos, grupos, organizaciones o incluso comunidades.

2. Percepciones. 

 Cada parte interpreta la realidad de forma distinta. Las percepciones subjetivas sobre los hechos, intenciones o emociones de la otra parte suelen ser el motor del conflicto.

3. Intereses y necesidades

  •  Son los deseos, preocupaciones o expectativas que motivan a las partes. No siempre son visibles, y es clave diferenciarlos de las *posiciones* (lo que dicen que quieren).

4. Emociones

  •  El conflicto está casi siempre cargado de emociones como ira, miedo, frustración o tristeza, que pueden dificultar la comunicación y la búsqueda de soluciones

5. Problema o tema en disputa. 

  • Es el objeto del conflicto: lo que se discute o lo que ha generado la tensión. Puede ser concreto (por ejemplo, una deuda) o abstracto (por ejemplo, una falta de respeto).

6. Comunicación

   Muchas veces, el conflicto se agrava por la falta de comunicación, malentendidos o formas agresivas de expresar los desacuerdos.

🔹 ¿Cómo se analiza un conflicto en mediación?

Analizar un conflicto es fundamental para que el mediador pueda facilitar una resolución adecuada. Aquí tienes un esquema básico:

1. Identificación de las partes

* ¿Quiénes están implicados?

* ¿Qué rol juegan en el conflicto?

 2. Exploración del problema

* ¿Cuál es el conflicto aparente?

* ¿Cuáles son los antecedentes o hechos relevantes?

* ¿Qué posiciones han adoptado las partes?

 3. Diferenciación entre posiciones e intereses

  1. Posiciones: lo que las partes dicen que quieren.
  2. .Intereses: por qué lo quieren (motivaciones, necesidades reales).

 4. Identificación de emociones y su impacto

  1. ¿Qué emociones están presentes?
  2.  ¿Cómo afectan la comunicación y el comportamiento?

 5. Análisis del contexto 

    1. Factores culturales, legales, organizacionales o familiare.
    2.  Dinámicas de poder.

6. Estilo de manejo del conflicto.

  1. ¿Las partes tienden a evitar, competir, ceder, negociar o colaborar? 
  2. Esto puede orientar las estrategias de mediación.

 🔹 Herramientas útiles para el análisis

  1. Mapa del conflicto: esquema visual con partes, intereses, posiciones y emociones.
  2.  Rueda de conflicto (de Bernard Mayer)*: analiza necesidades, emociones, estructuras, historia, valores y comunicación.
  3.  Preguntas circulares: para entender relaciones y percepciones entre partes.

 ✅ En resumen

| Elemento              | Descripción    |

| Partes                | Involucrados en el conflicto  |

| Percepciones       | Cómo ven la situación      |

| Posiciones          | Lo que cada parte pide       |

| Intereses/Necesidades | Lo que realmente necesitan o temen perder   |

| Emociones         | Sentimientos implicados en el conflicto   |

| Comunicación    | Cómo se comunican las partes y cómo eso afecta el conflicto |

Por  esta razón, la mediación busca hacer visible lo que está oculto (necesidades, emociones, valores) para facilitar acuerdos más sostenibles y satisfactorio.



Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador

Kof C 

sábado, 13 de septiembre de 2025

Justicia Restaurativa en Materia Familiar: Un Enfoque Humanizado para la Resolución de Conflictos



 UN ENFOQUE HUMANIZADO PARA LA RESOUCIÓN DE CONFLICTOS



En los últimos años, el sistema de justicia ha comenzado a transitar desde un modelo retributivo hacia enfoques más humanos y reparadores, especialmente en ámbitos sensibles como el familiar. La justicia restaurativa, entendida como un mecanismo que promueve la reparación del daño mediante el diálogo y la participación activa de las partes involucradas, se presenta como una alternativa efectiva para abordar conflictos familiares sin recurrir únicamente al castigo o la sanción legal.

El entorno familiar, al ser el núcleo primario de desarrollo emocional y social de las personas, requiere soluciones que no solo resuelvan el conflicto legal, sino que también reconstruyan los vínculos rotos, restablezcan la confianza y garanticen el bienestar emocional de todos sus integrantes, especialmente de los más vulnerables, como niñas, niños y adolescentes.

Este ensayo tiene como objetivo explorar qué es la justicia restaurativa, cómo se aplica específicamente en el ámbito familiar, en qué tipos de casos puede utilizarse, cuáles son sus diferencias con la justicia terapéutica y de qué manera ambos enfoques pueden complementarse para lograr una verdadera reparación y transformación de las relaciones familiares.

La Justicia Restaurativa es un enfoque alternativo al sistema judicial tradicional, cuyo objetivo principal no es el castigo, sino la reparación del daño causado y la reconstrucción de las relaciones personales y comunitarias afectadas por un conflicto. A diferencia de la justicia retributiva, que se enfoca en identificar y castigar al infractor, la justicia restaurativa se centra en el diálogo, la empatía y la participación activa de todas las partes involucradas: víctima, ofensor y comunidad.

Este modelo promueve el entendimiento mutuo, el reconocimiento de la responsabilidad y la construcción conjunta de soluciones que permitan avanzar hacia la reconciliación y la no repetición del daño. Es una forma de justicia que se enfoca en el ser humano y no únicamente en la norma violada.

En el contexto familiar, la Justicia Restaurativa adquiere un enfoque aún más sensible y humanizado. Se utiliza para abordar conflictos que surgen dentro del núcleo familiar, tales como violencia intrafamiliar, disputas entre padres e hijos, separaciones conflictivas, negligencia parental, entre otros. En estos casos, se promueven espacios de diálogo y mediación, con el fin de restablecer los vínculos familiares, reconocer el daño, y crear compromisos para evitar que la situación se repita.

 El concepto: La Justicia Restaurativa en materia familiar es un modelo de abordaje de los conflictos familiares que busca la reparación del daño emocional y relacional causado entre los miembros del núcleo familiar, a través de procesos voluntarios de diálogo, mediación y reconciliación. Este enfoque promueve la escucha activa, el reconocimiento de responsabilidades, y la construcción de acuerdos que permitan restablecer la convivencia y fortalecer los vínculos familiares, priorizando el bienestar de las personas más vulnerables, como niñas, niños y adolescentes.

Es un proceso que busca, en última instancia, el bienestar emocional y relacional de todos los involucrados, alejándose de la visión meramente punitiva del conflicto.

La Justicia Restaurativa en materia familiar se puede aplicar en diversas situaciones, siempre que las partes involucradas estén dispuestas a participar de manera voluntaria y en igualdad de condiciones. Algunos casos comunes incluyen:

  • Violencia intrafamiliar no grave, donde se busca la reparación emocional más que el castigo penal.

  • Conflictos de custodia o régimen de visitas, donde se prioriza el bienestar de los hijos.

  • Separaciones o divorcios conflictivos, donde hay resentimientos que afectan a los hijos y otros miembros de la familia.

  • Negligencia o abandono, donde uno de los padres u otros familiares deben reconocer sus acciones y comprometerse a mejorar.

  • Conflictos intergeneracionales, como problemas entre padres e hijos adolescentes o con adultos mayores.

La participación de facilitadores o mediadores es esencial para garantizar un espacio seguro, imparcial y orientado a soluciones. Además, se deben considerar factores como el nivel de riesgo, la voluntad de las partes y la posibilidad real de diálogo reparador, una de las herramientas a utilizar  la justicia terapéutica.,

Aunque comparten objetivos similares, como el bienestar emocional y la resolución constructiva del conflicto, existen diferencias fundamentales entre ambas:

  • Justicia Restaurativa: Se enfoca en el diálogo entre las partes afectadas, la reparación del daño y el reconocimiento de responsabilidades. Su objetivo es restaurar las relaciones, generar acuerdos y prevenir futuras conductas dañinas. Implica la participación activa de la víctima, el ofensor y, en ocasiones, la comunidad.

  • Justicia Terapéutica: Es una corriente dentro del derecho que busca incorporar principios de la psicología, la salud mental y el bienestar emocional al proceso judicial. Su enfoque está más centrado en el impacto psicológico del proceso legal y en cómo las decisiones judiciales pueden influir positiva o negativamente en la salud mental de los involucrados.

En resumen, mientras la justicia restaurativa busca reconstruir relaciones y reparar el daño interpersonal, la justicia terapéutica busca minimizar el daño emocional causado por el propio sistema judicial y promover procesos más humanos y comprensivos.

Sín embargo, la Justicia Terapéutica puede ser una herramienta complementaria dentro de un proceso de Justicia Restaurativa. En situaciones donde el conflicto ha generado un daño emocional profundo, la intervención de psicólogos, terapeutas o trabajadores sociales puede ser esencial antes, durante y después del proceso restaurativo.

Por ejemplo, en casos de violencia intrafamiliar, uno o ambos miembros de la familia podrían necesitar apoyo terapéutico para poder participar de forma consciente y segura en un diálogo restaurativo. También es útil cuando hay traumas no resueltos, desequilibrio emocional o cuando las partes tienen dificultades para comunicarse sin apoyo profesional.

De esta manera, la justicia terapéutica no compite con la restaurativa, sino que la fortalece, proporcionando un entorno emocionalmente seguro y saludable para que el proceso restaurativo pueda llevarse a cabo de manera efectiva y reparadora.

La Justicia Restaurativa en materia familiar representa una alternativa humanizadora y eficaz frente a los modelos tradicionales de resolución de conflictos. Su enfoque en la reparación del daño, el diálogo respetuoso y la reconstrucción de vínculos permite abordar los problemas familiares no solo desde lo legal, sino también desde lo emocional, lo psicológico y lo relacional.

La incorporación de elementos de la Justicia Terapéutica dentro del proceso restaurativo no solo es posible, sino recomendable, ya que contribuye a crear un entorno más empático, seguro y orientado a la sanación real de las personas involucradas.

En contextos donde las relaciones familiares se ven afectadas por conflictos profundos, apostar por modelos restaurativos y terapéuticos no solo permite resolver el conflicto, sino también prevenir su repetición, promover el respeto y fortalecer el tejido social desde su núcleo: la familia.

 Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador 

Kof C 


 Bazemore, G., & Umbreit, M. (2001). A comparison of four restorative conferencing models. Juvenile Justice Bulletin. U.S. Department of Justice.

https://www.ojp.gov/pdffiles1/ojjdp/184738.pdf

Braithwaite, J. (2002). Restorative Justice and Responsive Regulation. Oxford University Press.

Cillero Bruñol, M. (2010). Justicia restaurativa y protección de los derechos del niño. Revista IIDH, (51), 71-104.
https://www.iidh.ed.cr/IIDH/media/3899/revista-51-cillero.pdf

Gavazzi, S. M., & Anderson, S. A. (2007). Family Group Decision Making: An Effective Strength-Based Model for the Domestic Relations Court. Juvenile and Family Court Journal, 58(4), 1–11.
https://doi.org/10.1111/j.1755-6988.2007.tb00127.x

Rodríguez, G. (2018). Justicia restaurativa en el ámbito familiar: una aproximación desde la mediación penal. Revista de Derecho, Universidad de Concepción, 86(1), 179–202.
https://doi.org/10.29393/RD86-9JRGR40009

Winick, B. J., & Wexler, D. B. (2003). Judging in a Therapeutic Key: Therapeutic Jurisprudence and the Courts. Carolina Academic Press.

Zamora, M. (2020). La justicia restaurativa como mecanismo alternativo en conflictos familiares. Revista Mexicana de Derecho Familiar, (42), 55–70.

martes, 9 de septiembre de 2025

CRISTO MEDIADOR Y PACIFICADOR: EN CONTRASTE CON LA NATURALEZA DEL NARCISISMO,





 Introducción

La figura de Jesucristo en la Biblia representa el modelo supremo de humildad, amor sacrificial y reconciliación. Él es el  Mediador entre Dios y los hombres  (1 Timoteo 2:5) y el Príncipe de Paz (Isaías 9:6), que vino a sanar las divisiones humanas mediante el perdón, la verdad y la entrega de sí mismo. En contraste, el narcisismo, como patrón de personalidad o conducta, se opone frontalmente a estos valores, al promover el egoísmo, la manipulación y la autoglorificación. Este ensayo explora cómo Cristo encarna el verdadero modelo de mediación y pacificación, y cómo esa esencia contrasta —e incluso es desafiada— por la actitud narcisista, que en muchos sentidos representa una  rebelión contra el carácter de Cristo.

 1. Cristo como Mediador: Entrega y Humildad

Jesús es presentado en el Nuevo Testamento como  el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5). Su mediación no es neutral ni basada en el poder, sino en la entrega voluntaria de su vida por amor (Juan 15:13). A través de su muerte en la cruz, Él reconcilia a una humanidad caída con Dios (2 Corintios 5:18-19). Su rol es profundamente relacional y restaurador, actuando como puente para reparar una separación causada por el pecado.

A diferencia del narcisista, Cristo no busca exaltarse a sí mismo:

✔ “.se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo… y se humilló a sí mismo” (Filipenses 2:7-8).

Esta humildad, que va en contra de la lógica del poder y del ego, es central para su rol de mediador. Su autoridad no viene de la autoimagen o del control, sino del servicio.

 2. Cristo como Pacificador: Sanador de Relaciones

Jesús no solo reconcilia al ser humano con Dios, sino que también enseña a **reconciliarse unos con otros**. En el Sermón del Monte, Él declara:

✔ “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9).

Cristo se convierte en el modelo de resolución de conflictos, enseñando el perdón (Mateo 18:21-22), la humildad (Lucas 18:14), y el amor a los enemigos (Mateo 5:44). El objetivo no es ganar, dominar o sobresalir, sino  restaurar la comunión y sanar heridas.

 3. Narcisismo: Orgullo, Manipulación y Autoidolatría

El narcisismo, tanto desde el punto de vista psicológico como espiritual, representa una autogeneración destructiva . El narcisista busca admiración, control, poder y autojustificación. En lugar de mediar para unir, divide para dominar. En lugar de pacificar, crea conflictos para sostener su falsa superioridad

Desde la perspectiva bíblica, este tipo de actitud es condenada. El apóstol Pablo advierte que en los últimos tiempos:

 ✔“Habrá hombres amadores de sí mismos... soberbios, blasfemos... sin afecto natural, implacables” (2 Timoteo 3:2-3).

El narcisismo no solo rompe relaciones humanas, sino que también desafía la autoridad y el carácter de Cristo El narcisista se comporta como si él mismo fuera el centro de toda verdad, justicia y moral, lo cual es una forma de idolatría personal.

 4. El Narcisista como Oposición a Cristo Mediador

Cuando comparamos el actuar de un narcisista con el carácter de Cristo, vemos un contraste profundo:


 | Cristo Mediador  | Narcisista |

|✅ Se humilla        | ✅Se exalta        |

|✅ Sirve a los demás | ✅Usa a los demás |

|✅ Perdona           |✅ Guarda rencor|

|✅ Une y reconcilia  |✅ Divide y controla  |

|✅  Ama genuinamente| ✅Finge afecto para manipular |


En muchos sentidos, el narcisista  reta a Cristo con su comportamiento, colocándose por encima de la verdad, de los demás e incluso de Dios. Esta actitud es incompatible con el llamado cristiano a la humildad, al perdón y al servicio. 

  5. Consecuencias espirituales del narcisismo

La Biblia es clara en cuanto al destino del orgulloso:

✔ “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6).

✔ “Antes del quebrantamiento es la soberbia” (Proverbios 16:18).

Mientras Cristo abre el camino a la vida eterna por medio de la paz, el orgullo del narcisista lo conduce a la destrucción relacional y espiritual. La autosuficiencia es enemiga de la dependencia de Dios.

 Conclusión

Cristo, como mediador y pacificador, representa el modelo perfecto de amor, humildad y reconciliación. Su vida y enseñanzas nos muestran cómo sanar relaciones y vivir en armonía con Dios y con los demás. El narcisismo, en cambio, encarna lo contrario: orgullo, autoidolatría, y destrucción de vínculos. En un mundo marcado por el individualismo, el ejemplo de Cristo es urgente y contracultural. Seguirle implica renunciar al ego, abrazar la humildad y buscar activamente la paz, incluso a costa del sacrificio personal.

 

Alberto Villegas Cabello 

Abogado y Mediador.

KofC 

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

HUMILDAD: VIRTUD DEL MEDIADOR

 


La humildad como virtud esencial en la figura del mediador: una crítica al narcisismo profesional

 La humildad como Virtud 

En el campo de la resolución de conflictos, la figura del mediador ocupa un lugar central como facilitador del diálogo y constructor de consensos. Esta labor exige no solo habilidades técnicas, sino también cualidades éticas y humanas que orienten su accionar con sensibilidad, respeto y responsabilidad. En este marco, la humildad se presenta como una virtud imprescindible. No se trata de una simple disposición a ceder, sino de una actitud profunda de reconocimiento de los propios límites, escucha activa y apertura al otro. Sin humildad, la mediación pierde su esencia transformadora. Por el contrario, cuando el mediador actúa guiado por el narcisismo, se rompe el equilibrio del proceso, se contamina la neutralidad y se compromete la legitimidad de los acuerdos. Este ensayo busca argumentar por qué la humildad es un pilar indispensable en la figura del mediador y por qué el narcisismo es una distorsión ética que debe ser denunciada y excluida del ejercicio profesional.

La humildad como disposición ética en la mediación

En el pensamiento ético clásico, la humildad ha sido reconocida como una virtud que modera la soberbia y permite al sujeto actuar con prudencia y justicia. Santo Tomás de Aquino, por ejemplo, la consideraba necesaria para mantener el orden moral del alma y favorecer el trato equitativo con los demás. En el contexto actual de la mediación, la humildad adquiere una dimensión práctica: permite al mediador suspender sus juicios, escuchar sin prejuicios y reconocer que no tiene el monopolio de la verdad.

El mediador humilde no se presenta como una figura de autoridad, sino como un facilitador del diálogo. Entiende que su papel no es imponer soluciones, sino crear condiciones para que las partes en conflicto puedan construir sus propios acuerdos. Esta actitud se basa en el principio de autonomía de las partes, uno de los pilares fundamentales de la mediación moderna. El mediador que actúa con humildad se coloca al servicio del proceso, no por encima de él.

Narcisismo y mediación: una contradicción ética

El narcisismo, entendido como una autoimagen inflada y una necesidad constante de admiración y validación, es profundamente incompatible con la práctica de la mediación. Desde la psicología, autores como Heinz Kohut y Otto Kernberg han descrito al narcisista como alguien con baja tolerancia a la crítica, incapaz de empatizar genuinamente con los otros y profundamente centrado en sí mismo. Estas características, trasladadas al rol de mediador, resultan perjudiciales y peligrosas.

El mediador narcisista no escucha para comprender, sino para reafirmar su propia autoridad. Suele monopolizar la palabra, interrumpir constantemente a las partes, imponer su perspectiva como si fuera incuestionable y convertir el proceso en un escenario donde él brilla, no donde las partes se reconcilian. Esta actitud destruye el principio de neutralidad, uno de los valores centrales del rol mediador, y transforma la mediación en una caricatura: un simulacro de diálogo donde el protagonismo se centra en el profesional, no en los verdaderos actores del conflicto.

Desde una perspectiva ética, esta actitud resulta inaceptable. Un mediador que actúa desde el narcisismo no solo falla en su labor técnica, sino que incurre en una grave irresponsabilidad moral. No hay neutralidad posible si el ego del mediador está en el centro. No hay justicia restaurativa cuando el profesional se convierte en juez encubierto de las emociones y decisiones de las partes.

La humildad como herramienta de eficacia y legitimidad

No basta con decir que la humildad es deseable en un mediador: es necesario demostrar su utilidad práctica. Un mediador humilde es más eficaz porque genera confianza. Las partes perciben cuando son escuchadas con atención y respeto, cuando sus emociones son validadas sin ser manipuladas, y cuando el profesional no busca imponer su criterio. Esta confianza es el fundamento sobre el cual pueden construirse acuerdos sostenibles y auténticos.

Además, la humildad fortalece la legitimidad del proceso. En tiempos de profunda desconfianza hacia las instituciones y las figuras de autoridad, un mediador humilde representa una ruptura positiva: alguien que no busca poder, sino solución; que no se posiciona como “dueño del proceso”, sino como acompañante del mismo. Esta legitimidad es clave para que los acuerdos alcanzados tengan valor simbólico y real a largo plazo.

Por el contrario, el mediador narcisista contamina el proceso desde el inicio. Su necesidad de aprobación y control limita la libertad de las partes, genera desconfianza, y a menudo, produce acuerdos artificiales o forzados, que terminan fracasando en su implementación. El daño que provoca no es solo técnico, sino profundamente humano: reproduce las lógicas de poder que la mediación justamente busca superar.

Conclusión

La humildad no es una virtud accesoria en la figura del mediador, sino su piedra angular. Solo quien actúa con humildad puede escuchar sin juzgar, facilitar sin imponer y construir sin protagonismo. Frente a ello, el narcisismo representa una desviación ética grave, que anula la esencia de la mediación y convierte el proceso en un espectáculo egocéntrico, alejado del diálogo real y del respeto mutuo. Es urgente, por tanto, no solo promover la humildad como una competencia profesional clave, sino también denunciar y excluir de la práctica de la mediación a aquellos que actúan movidos por la vanidad, el poder y el protagonismo personal. La mediación, como herramienta de transformación social y humana, merece estar en manos de personas que comprendan que el centro del proceso no es el mediador, sino las partes en conflicto.


Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador

KofC 


Aquilino, M. (2021). Ética y resolución de conflictos: Claves para una práctica profesional responsable. Editorial Dykinson.

Baruch, E. H. (2005). The Sense of Self: Perspectives from Psychoanalysis and the Humanities. Yale University Press.

Bush, R. A. B., & Folger, J. P. (2005). The Promise of Mediation: The Transformative Approach to Conflict. Jossey-Bass.

          Kernberg, O. F. (2004). Trastornos graves de la personalidad. Paidós.

         Kohut, H. (2001). El análisis del self. Amorrortu Editores.

           Menkel-Meadow, C. (2001). Ethics in Mediation: The Role of the Mediator and the Limits of                Neutrality. South Texas Law Review, 41(2), 393–416.

   Simmel, G. (2002). Ensayos sobre la vida moderna. Alianza Editorial.   

          Thomas de Aquino. (2000). Suma Teológica (Vol. II-II). BAC.

La Fe y la Mediación: Convicción ante la Incertidumbre

La fe "11  Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".     Introducción En la vida humana...