sábado, 13 de septiembre de 2025

Justicia Restaurativa en Materia Familiar: Un Enfoque Humanizado para la Resolución de Conflictos



 UN ENFOQUE HUMANIZADO PARA LA RESOUCIÓN DE CONFLICTOS



En los últimos años, el sistema de justicia ha comenzado a transitar desde un modelo retributivo hacia enfoques más humanos y reparadores, especialmente en ámbitos sensibles como el familiar. La justicia restaurativa, entendida como un mecanismo que promueve la reparación del daño mediante el diálogo y la participación activa de las partes involucradas, se presenta como una alternativa efectiva para abordar conflictos familiares sin recurrir únicamente al castigo o la sanción legal.

El entorno familiar, al ser el núcleo primario de desarrollo emocional y social de las personas, requiere soluciones que no solo resuelvan el conflicto legal, sino que también reconstruyan los vínculos rotos, restablezcan la confianza y garanticen el bienestar emocional de todos sus integrantes, especialmente de los más vulnerables, como niñas, niños y adolescentes.

Este ensayo tiene como objetivo explorar qué es la justicia restaurativa, cómo se aplica específicamente en el ámbito familiar, en qué tipos de casos puede utilizarse, cuáles son sus diferencias con la justicia terapéutica y de qué manera ambos enfoques pueden complementarse para lograr una verdadera reparación y transformación de las relaciones familiares.

La Justicia Restaurativa es un enfoque alternativo al sistema judicial tradicional, cuyo objetivo principal no es el castigo, sino la reparación del daño causado y la reconstrucción de las relaciones personales y comunitarias afectadas por un conflicto. A diferencia de la justicia retributiva, que se enfoca en identificar y castigar al infractor, la justicia restaurativa se centra en el diálogo, la empatía y la participación activa de todas las partes involucradas: víctima, ofensor y comunidad.

Este modelo promueve el entendimiento mutuo, el reconocimiento de la responsabilidad y la construcción conjunta de soluciones que permitan avanzar hacia la reconciliación y la no repetición del daño. Es una forma de justicia que se enfoca en el ser humano y no únicamente en la norma violada.

En el contexto familiar, la Justicia Restaurativa adquiere un enfoque aún más sensible y humanizado. Se utiliza para abordar conflictos que surgen dentro del núcleo familiar, tales como violencia intrafamiliar, disputas entre padres e hijos, separaciones conflictivas, negligencia parental, entre otros. En estos casos, se promueven espacios de diálogo y mediación, con el fin de restablecer los vínculos familiares, reconocer el daño, y crear compromisos para evitar que la situación se repita.

 El concepto: La Justicia Restaurativa en materia familiar es un modelo de abordaje de los conflictos familiares que busca la reparación del daño emocional y relacional causado entre los miembros del núcleo familiar, a través de procesos voluntarios de diálogo, mediación y reconciliación. Este enfoque promueve la escucha activa, el reconocimiento de responsabilidades, y la construcción de acuerdos que permitan restablecer la convivencia y fortalecer los vínculos familiares, priorizando el bienestar de las personas más vulnerables, como niñas, niños y adolescentes.

Es un proceso que busca, en última instancia, el bienestar emocional y relacional de todos los involucrados, alejándose de la visión meramente punitiva del conflicto.

La Justicia Restaurativa en materia familiar se puede aplicar en diversas situaciones, siempre que las partes involucradas estén dispuestas a participar de manera voluntaria y en igualdad de condiciones. Algunos casos comunes incluyen:

  • Violencia intrafamiliar no grave, donde se busca la reparación emocional más que el castigo penal.

  • Conflictos de custodia o régimen de visitas, donde se prioriza el bienestar de los hijos.

  • Separaciones o divorcios conflictivos, donde hay resentimientos que afectan a los hijos y otros miembros de la familia.

  • Negligencia o abandono, donde uno de los padres u otros familiares deben reconocer sus acciones y comprometerse a mejorar.

  • Conflictos intergeneracionales, como problemas entre padres e hijos adolescentes o con adultos mayores.

La participación de facilitadores o mediadores es esencial para garantizar un espacio seguro, imparcial y orientado a soluciones. Además, se deben considerar factores como el nivel de riesgo, la voluntad de las partes y la posibilidad real de diálogo reparador, una de las herramientas a utilizar  la justicia terapéutica.,

Aunque comparten objetivos similares, como el bienestar emocional y la resolución constructiva del conflicto, existen diferencias fundamentales entre ambas:

  • Justicia Restaurativa: Se enfoca en el diálogo entre las partes afectadas, la reparación del daño y el reconocimiento de responsabilidades. Su objetivo es restaurar las relaciones, generar acuerdos y prevenir futuras conductas dañinas. Implica la participación activa de la víctima, el ofensor y, en ocasiones, la comunidad.

  • Justicia Terapéutica: Es una corriente dentro del derecho que busca incorporar principios de la psicología, la salud mental y el bienestar emocional al proceso judicial. Su enfoque está más centrado en el impacto psicológico del proceso legal y en cómo las decisiones judiciales pueden influir positiva o negativamente en la salud mental de los involucrados.

En resumen, mientras la justicia restaurativa busca reconstruir relaciones y reparar el daño interpersonal, la justicia terapéutica busca minimizar el daño emocional causado por el propio sistema judicial y promover procesos más humanos y comprensivos.

Sín embargo, la Justicia Terapéutica puede ser una herramienta complementaria dentro de un proceso de Justicia Restaurativa. En situaciones donde el conflicto ha generado un daño emocional profundo, la intervención de psicólogos, terapeutas o trabajadores sociales puede ser esencial antes, durante y después del proceso restaurativo.

Por ejemplo, en casos de violencia intrafamiliar, uno o ambos miembros de la familia podrían necesitar apoyo terapéutico para poder participar de forma consciente y segura en un diálogo restaurativo. También es útil cuando hay traumas no resueltos, desequilibrio emocional o cuando las partes tienen dificultades para comunicarse sin apoyo profesional.

De esta manera, la justicia terapéutica no compite con la restaurativa, sino que la fortalece, proporcionando un entorno emocionalmente seguro y saludable para que el proceso restaurativo pueda llevarse a cabo de manera efectiva y reparadora.

La Justicia Restaurativa en materia familiar representa una alternativa humanizadora y eficaz frente a los modelos tradicionales de resolución de conflictos. Su enfoque en la reparación del daño, el diálogo respetuoso y la reconstrucción de vínculos permite abordar los problemas familiares no solo desde lo legal, sino también desde lo emocional, lo psicológico y lo relacional.

La incorporación de elementos de la Justicia Terapéutica dentro del proceso restaurativo no solo es posible, sino recomendable, ya que contribuye a crear un entorno más empático, seguro y orientado a la sanación real de las personas involucradas.

En contextos donde las relaciones familiares se ven afectadas por conflictos profundos, apostar por modelos restaurativos y terapéuticos no solo permite resolver el conflicto, sino también prevenir su repetición, promover el respeto y fortalecer el tejido social desde su núcleo: la familia.

 Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador 

Kof C 


 Bazemore, G., & Umbreit, M. (2001). A comparison of four restorative conferencing models. Juvenile Justice Bulletin. U.S. Department of Justice.

https://www.ojp.gov/pdffiles1/ojjdp/184738.pdf

Braithwaite, J. (2002). Restorative Justice and Responsive Regulation. Oxford University Press.

Cillero Bruñol, M. (2010). Justicia restaurativa y protección de los derechos del niño. Revista IIDH, (51), 71-104.
https://www.iidh.ed.cr/IIDH/media/3899/revista-51-cillero.pdf

Gavazzi, S. M., & Anderson, S. A. (2007). Family Group Decision Making: An Effective Strength-Based Model for the Domestic Relations Court. Juvenile and Family Court Journal, 58(4), 1–11.
https://doi.org/10.1111/j.1755-6988.2007.tb00127.x

Rodríguez, G. (2018). Justicia restaurativa en el ámbito familiar: una aproximación desde la mediación penal. Revista de Derecho, Universidad de Concepción, 86(1), 179–202.
https://doi.org/10.29393/RD86-9JRGR40009

Winick, B. J., & Wexler, D. B. (2003). Judging in a Therapeutic Key: Therapeutic Jurisprudence and the Courts. Carolina Academic Press.

Zamora, M. (2020). La justicia restaurativa como mecanismo alternativo en conflictos familiares. Revista Mexicana de Derecho Familiar, (42), 55–70.

martes, 9 de septiembre de 2025

CRISTO MEDIADOR Y PACIFICADOR: EN CONTRASTE CON LA NATURALEZA DEL NARCISISMO,





 Introducción

La figura de Jesucristo en la Biblia representa el modelo supremo de humildad, amor sacrificial y reconciliación. Él es el  Mediador entre Dios y los hombres  (1 Timoteo 2:5) y el Príncipe de Paz (Isaías 9:6), que vino a sanar las divisiones humanas mediante el perdón, la verdad y la entrega de sí mismo. En contraste, el narcisismo, como patrón de personalidad o conducta, se opone frontalmente a estos valores, al promover el egoísmo, la manipulación y la autoglorificación. Este ensayo explora cómo Cristo encarna el verdadero modelo de mediación y pacificación, y cómo esa esencia contrasta —e incluso es desafiada— por la actitud narcisista, que en muchos sentidos representa una  rebelión contra el carácter de Cristo.

 1. Cristo como Mediador: Entrega y Humildad

Jesús es presentado en el Nuevo Testamento como  el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5). Su mediación no es neutral ni basada en el poder, sino en la entrega voluntaria de su vida por amor (Juan 15:13). A través de su muerte en la cruz, Él reconcilia a una humanidad caída con Dios (2 Corintios 5:18-19). Su rol es profundamente relacional y restaurador, actuando como puente para reparar una separación causada por el pecado.

A diferencia del narcisista, Cristo no busca exaltarse a sí mismo:

✔ “.se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo… y se humilló a sí mismo” (Filipenses 2:7-8).

Esta humildad, que va en contra de la lógica del poder y del ego, es central para su rol de mediador. Su autoridad no viene de la autoimagen o del control, sino del servicio.

 2. Cristo como Pacificador: Sanador de Relaciones

Jesús no solo reconcilia al ser humano con Dios, sino que también enseña a **reconciliarse unos con otros**. En el Sermón del Monte, Él declara:

✔ “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9).

Cristo se convierte en el modelo de resolución de conflictos, enseñando el perdón (Mateo 18:21-22), la humildad (Lucas 18:14), y el amor a los enemigos (Mateo 5:44). El objetivo no es ganar, dominar o sobresalir, sino  restaurar la comunión y sanar heridas.

 3. Narcisismo: Orgullo, Manipulación y Autoidolatría

El narcisismo, tanto desde el punto de vista psicológico como espiritual, representa una autogeneración destructiva . El narcisista busca admiración, control, poder y autojustificación. En lugar de mediar para unir, divide para dominar. En lugar de pacificar, crea conflictos para sostener su falsa superioridad

Desde la perspectiva bíblica, este tipo de actitud es condenada. El apóstol Pablo advierte que en los últimos tiempos:

 ✔“Habrá hombres amadores de sí mismos... soberbios, blasfemos... sin afecto natural, implacables” (2 Timoteo 3:2-3).

El narcisismo no solo rompe relaciones humanas, sino que también desafía la autoridad y el carácter de Cristo El narcisista se comporta como si él mismo fuera el centro de toda verdad, justicia y moral, lo cual es una forma de idolatría personal.

 4. El Narcisista como Oposición a Cristo Mediador

Cuando comparamos el actuar de un narcisista con el carácter de Cristo, vemos un contraste profundo:


 | Cristo Mediador  | Narcisista |

|✅ Se humilla        | ✅Se exalta        |

|✅ Sirve a los demás | ✅Usa a los demás |

|✅ Perdona           |✅ Guarda rencor|

|✅ Une y reconcilia  |✅ Divide y controla  |

|✅  Ama genuinamente| ✅Finge afecto para manipular |


En muchos sentidos, el narcisista  reta a Cristo con su comportamiento, colocándose por encima de la verdad, de los demás e incluso de Dios. Esta actitud es incompatible con el llamado cristiano a la humildad, al perdón y al servicio. 

  5. Consecuencias espirituales del narcisismo

La Biblia es clara en cuanto al destino del orgulloso:

✔ “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6).

✔ “Antes del quebrantamiento es la soberbia” (Proverbios 16:18).

Mientras Cristo abre el camino a la vida eterna por medio de la paz, el orgullo del narcisista lo conduce a la destrucción relacional y espiritual. La autosuficiencia es enemiga de la dependencia de Dios.

 Conclusión

Cristo, como mediador y pacificador, representa el modelo perfecto de amor, humildad y reconciliación. Su vida y enseñanzas nos muestran cómo sanar relaciones y vivir en armonía con Dios y con los demás. El narcisismo, en cambio, encarna lo contrario: orgullo, autoidolatría, y destrucción de vínculos. En un mundo marcado por el individualismo, el ejemplo de Cristo es urgente y contracultural. Seguirle implica renunciar al ego, abrazar la humildad y buscar activamente la paz, incluso a costa del sacrificio personal.

 

Alberto Villegas Cabello 

Abogado y Mediador.

KofC 

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

HUMILDAD: VIRTUD DEL MEDIADOR

 


La humildad como virtud esencial en la figura del mediador: una crítica al narcisismo profesional

 La humildad como Virtud 

En el campo de la resolución de conflictos, la figura del mediador ocupa un lugar central como facilitador del diálogo y constructor de consensos. Esta labor exige no solo habilidades técnicas, sino también cualidades éticas y humanas que orienten su accionar con sensibilidad, respeto y responsabilidad. En este marco, la humildad se presenta como una virtud imprescindible. No se trata de una simple disposición a ceder, sino de una actitud profunda de reconocimiento de los propios límites, escucha activa y apertura al otro. Sin humildad, la mediación pierde su esencia transformadora. Por el contrario, cuando el mediador actúa guiado por el narcisismo, se rompe el equilibrio del proceso, se contamina la neutralidad y se compromete la legitimidad de los acuerdos. Este ensayo busca argumentar por qué la humildad es un pilar indispensable en la figura del mediador y por qué el narcisismo es una distorsión ética que debe ser denunciada y excluida del ejercicio profesional.

La humildad como disposición ética en la mediación

En el pensamiento ético clásico, la humildad ha sido reconocida como una virtud que modera la soberbia y permite al sujeto actuar con prudencia y justicia. Santo Tomás de Aquino, por ejemplo, la consideraba necesaria para mantener el orden moral del alma y favorecer el trato equitativo con los demás. En el contexto actual de la mediación, la humildad adquiere una dimensión práctica: permite al mediador suspender sus juicios, escuchar sin prejuicios y reconocer que no tiene el monopolio de la verdad.

El mediador humilde no se presenta como una figura de autoridad, sino como un facilitador del diálogo. Entiende que su papel no es imponer soluciones, sino crear condiciones para que las partes en conflicto puedan construir sus propios acuerdos. Esta actitud se basa en el principio de autonomía de las partes, uno de los pilares fundamentales de la mediación moderna. El mediador que actúa con humildad se coloca al servicio del proceso, no por encima de él.

Narcisismo y mediación: una contradicción ética

El narcisismo, entendido como una autoimagen inflada y una necesidad constante de admiración y validación, es profundamente incompatible con la práctica de la mediación. Desde la psicología, autores como Heinz Kohut y Otto Kernberg han descrito al narcisista como alguien con baja tolerancia a la crítica, incapaz de empatizar genuinamente con los otros y profundamente centrado en sí mismo. Estas características, trasladadas al rol de mediador, resultan perjudiciales y peligrosas.

El mediador narcisista no escucha para comprender, sino para reafirmar su propia autoridad. Suele monopolizar la palabra, interrumpir constantemente a las partes, imponer su perspectiva como si fuera incuestionable y convertir el proceso en un escenario donde él brilla, no donde las partes se reconcilian. Esta actitud destruye el principio de neutralidad, uno de los valores centrales del rol mediador, y transforma la mediación en una caricatura: un simulacro de diálogo donde el protagonismo se centra en el profesional, no en los verdaderos actores del conflicto.

Desde una perspectiva ética, esta actitud resulta inaceptable. Un mediador que actúa desde el narcisismo no solo falla en su labor técnica, sino que incurre en una grave irresponsabilidad moral. No hay neutralidad posible si el ego del mediador está en el centro. No hay justicia restaurativa cuando el profesional se convierte en juez encubierto de las emociones y decisiones de las partes.

La humildad como herramienta de eficacia y legitimidad

No basta con decir que la humildad es deseable en un mediador: es necesario demostrar su utilidad práctica. Un mediador humilde es más eficaz porque genera confianza. Las partes perciben cuando son escuchadas con atención y respeto, cuando sus emociones son validadas sin ser manipuladas, y cuando el profesional no busca imponer su criterio. Esta confianza es el fundamento sobre el cual pueden construirse acuerdos sostenibles y auténticos.

Además, la humildad fortalece la legitimidad del proceso. En tiempos de profunda desconfianza hacia las instituciones y las figuras de autoridad, un mediador humilde representa una ruptura positiva: alguien que no busca poder, sino solución; que no se posiciona como “dueño del proceso”, sino como acompañante del mismo. Esta legitimidad es clave para que los acuerdos alcanzados tengan valor simbólico y real a largo plazo.

Por el contrario, el mediador narcisista contamina el proceso desde el inicio. Su necesidad de aprobación y control limita la libertad de las partes, genera desconfianza, y a menudo, produce acuerdos artificiales o forzados, que terminan fracasando en su implementación. El daño que provoca no es solo técnico, sino profundamente humano: reproduce las lógicas de poder que la mediación justamente busca superar.

Conclusión

La humildad no es una virtud accesoria en la figura del mediador, sino su piedra angular. Solo quien actúa con humildad puede escuchar sin juzgar, facilitar sin imponer y construir sin protagonismo. Frente a ello, el narcisismo representa una desviación ética grave, que anula la esencia de la mediación y convierte el proceso en un espectáculo egocéntrico, alejado del diálogo real y del respeto mutuo. Es urgente, por tanto, no solo promover la humildad como una competencia profesional clave, sino también denunciar y excluir de la práctica de la mediación a aquellos que actúan movidos por la vanidad, el poder y el protagonismo personal. La mediación, como herramienta de transformación social y humana, merece estar en manos de personas que comprendan que el centro del proceso no es el mediador, sino las partes en conflicto.


Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador

KofC 


Aquilino, M. (2021). Ética y resolución de conflictos: Claves para una práctica profesional responsable. Editorial Dykinson.

Baruch, E. H. (2005). The Sense of Self: Perspectives from Psychoanalysis and the Humanities. Yale University Press.

Bush, R. A. B., & Folger, J. P. (2005). The Promise of Mediation: The Transformative Approach to Conflict. Jossey-Bass.

          Kernberg, O. F. (2004). Trastornos graves de la personalidad. Paidós.

         Kohut, H. (2001). El análisis del self. Amorrortu Editores.

           Menkel-Meadow, C. (2001). Ethics in Mediation: The Role of the Mediator and the Limits of                Neutrality. South Texas Law Review, 41(2), 393–416.

   Simmel, G. (2002). Ensayos sobre la vida moderna. Alianza Editorial.   

          Thomas de Aquino. (2000). Suma Teológica (Vol. II-II). BAC.

domingo, 31 de agosto de 2025

𝗘𝗠𝗣𝗔𝗧Í𝗔 𝗘𝗡 𝗘𝗟 𝗧𝗥𝗔𝗕𝗔𝗝𝗢

 

 

Articulo tomado de la Maestra Guadalupe del Carmen Peña González 



 𝗘𝗟 𝗡𝗨𝗘𝗩𝗢 𝗟𝗘𝗡𝗚𝗨𝗔𝗝𝗘 𝗗𝗘𝗟 𝗟𝗜𝗗𝗘𝗥𝗔𝗭𝗚𝗢 𝗠𝗢𝗗𝗘𝗥𝗡𝗢 

 

Imagina llegar a la oficina y que tu líder, en lugar de preguntar “¿Por qué no has terminado esto?”, diga: “¿Cómo puedo apoyarte?”. Este pequeño cambio de enfoque no solo transforma una conversación, ¡sino también toda una cultura organizacional! 

Hoy más que nunca, la empatía no es un lujo ni un valor “blando”; es una habilidad esencial para construir equipos resilientes, humanos y altamente productivos. En un mundo donde el cambio es constante y la presión laboral aumenta, demostrar empatía en el trabajo ya no es opcional: es una estrategia inteligente

 Basándonos en el modelo visual compartido por HRP Capacitaciones, aquí te presento 8 formas prácticas de cultivar la empatía en tu entorno laboral, junto con ejemplos que puedes aplicar desde hoy:


1️⃣ Cambia el enfoque de tus preguntas

En lugar de señalar errores, pregunta: “¿Qué necesitas para avanzar?”. Esto abre el camino a la colaboración y reduce el miedo al juicio.


2️⃣ Escucha de verdad

 No interrumpas ni des soluciones automáticas. A veces, lo más poderoso que puedes ofrecer es tu presencia y atención plena.


3️⃣ Promueve el bienestar mental

Así como aceptamos una gripe, también debemos normalizar tomarse un día por ansiedad o agotamiento emocional. El autocuidado no solo es válido, sino clave para una productividad sostenible.


4️⃣ Crea un espacio seguro para aprender

 La frase “no hay preguntas tontas” va más allá de un cliché. Cuando un equipo sabe que puede expresarse sin temor al ridículo, se atreve a innovar y crecer.


5️⃣ Valida lo humano detrás del rol

 Conversaciones informales, como un café virtual o preguntar sinceramente por la familia, fortalecen los lazos y construyen confianza genuina.


6️⃣ Humaniza al equipo

 No lideres recursos, lidera personas. Conoce sus metas, historias y desafíos. La empatía comienza al ver al otro en su totalidad.


7️⃣ Reconoce en público, corrige en privado

 Un “gracias” o un “buen trabajo” dicho frente al equipo puede marcar una gran diferencia. Y cuando sea necesario señalar áreas de mejora, hazlo con respeto y enfoque en el crecimiento.


8️⃣ Practica una flexibilidad realista

 Los imprevistos ocurren: una cita médica, un hijo enfermo o una falla técnica. Ser flexible no debilita la estructura; la fortalece con humanidad.


 Mostrar empatía no es simplemente ser amable: es liderar con intención, construir culturas basadas en la confianza y poner a las personas en el centro de la estrategia.

Las organizaciones que priorizan la empatía cuentan con equipos más comprometidos, menor rotación de personal y, sí, mejores resultados. Porque al final del día, trabajamos mejor cuando nos sentimos vistos, escuchados y valorados.


Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador

KofC 

sábado, 30 de agosto de 2025

"Litigio Alterno o Liti-Med"





 

"La historia juzgará a los líderes de nuestra era, no por los tribunales que construyeron, sino por la Paz blanca que cultivaron"

JAEG 

El presente tema de "Sobre el Litigio Alterno o Liti-Med"  propuesta hecha por el Maestro  Don Jesús Ángel Elizondo González Mediador de la ciudad de Monterrey Nuevo León

1. Introducción

La paradoja de la mediación

  • Las virtudes de la mediación son ampliamente reconocidas: rapidez, menor costo, acuerdos duraderos, entre otras.

  • Sin embargo, en la práctica, muy pocas personas la utilizan.

  • La razón: durante las últimas ocho décadas, se ha intentado imponer, sustituir o condicionar al litigio tradicional, lo que ha generado resistencias y rivalidades dentro del sistema judicial.

 Propuesta del Maestro Jesús Ángel Elizondo González  en su calidad de Mediador Certificado #002 del Poder Judicial de Nuevo León: No se trata de sustituir ni imponer la mediación como requisito, sino de ofrecer a la ciudadanía un segundo servicio de acceso a la justicia, basado en la elección libre e informada.


2. La clave de la propuesta

  • Desde el inicio del proceso, el ciudadano elige libremente el camino para transformar su conflicto:

    • Opción A: Litigio tradicional (modelo adversarial, formal, con sentencia impuesta).

    • Opción B: Litigio alternativo o Liti-Med (modelo híbrido: juez garante + mediador facilitador).

  • Esta elección inicial corrige el "error de marketing" de décadas anteriores, legitima el proceso y fortalece la confianza en el sistema, ya que nace de la voluntad del usuario.

  • Resultado esperado: Menor resistencia, mayor confianza, mayor legitimidad.


3. ¿Qué es el Litigio Alternativo o Liti-Med?

Se trata de un procedimiento judicial híbrido y colaborativo que combina:

  • La fuerza legal del litigio tradicional: plazos estrictos, seguridad jurídica y posibilidad de obtener una sentencia.

  • La flexibilidad de la mediación: diálogo estructurado, acuerdos autocompuestos, prevención y solución pacífica de conflictos.

Características principales:

  • Inicio: El ciudadano presenta su demanda y, en libertad, elige entre:

    • A) Litigio tradicional.

    • B) Litigio alternativo (Liti-Med).

Si elige la opción B):

  • Derivación simultánea: La Oficialía de Partes remite el caso tanto al juez competente como a un Centro de Mediación Privado (CMP) certificado.

  • Roles diferenciados:

    • Juez: Garante procesal, con plazos máximos (sentencia definitiva en tercera instancia en un máximo de dos años).

    • Mediador: Facilitador del consenso (el 80% de los casos concluyen en acuerdo).

  • Supervisión: Constancias periódicas de asistencia a las sesiones de mediación.

  • Transparencia: Tabulador de honorarios del CMP, aprobado por el Poder Judicial, que presta servicios tanto al Poder Judicial como a la ciudadanía.


4. Ventajas y beneficios

Para el Poder Judicial:

  • Descongestión: Reducción de juicios largos y costosos; mejora en la calidad de la justicia.

  • Ahorro público: No se requiere crear nuevos tribunales. En México, el ahorro estimado sería de aproximadamente USD $1,500 millones anuales.

  • Prestigio institucional: México se posicionaría como pionero en ofrecer un segundo servicio judicial alternativo.

Para la ciudadanía:

  • Rapidez: Duración estimada de 18 meses en primera instancia; máximo de 2 años hasta tercera instancia (actualmente el promedio es de 3 a 9 años).

  • Acceso real: Cobertura potencial del 100% de la población (frente al 16–19% actual que accede al litigio tradicional).

  • Libertad de elección: Ningún proceso es impuesto; cada persona elige libre y voluntariamente.

  • Acuerdos sostenibles: El 80% de los casos concluyen en convenios pacíficos y duraderos.

Para abogados, mediadores y juzgadores:

  • Pleno empleo: Se aprovecha el talento de los tres gremios.

  • Nuevas oportunidades profesionales: Desarrollo de especializaciones en procedimientos híbridos.


5. Fundamentación internacional

  • Experiencias tanto mexicanas como internacionales demuestran que la mediación solo prospera bajo dos condiciones:

    • Mandatos iniciales flexibles, con opción de salida.

    • Compromiso de base, por parte de la ciudadanía y las organizaciones formales.

  • Como señala Giuseppe De Palo (JAMS, Nueva York, 2025):

    “Solo combinando mandatos desde arriba con compromisos desde abajo lograremos que la mediación supere la paradoja.”

  • El modelo Liti-Med responde precisamente a esta fórmula: elección ciudadana respaldada por el Poder Judicial.


6. Consideraciones finales

  • El sistema judicial actual ofrece un solo "medicamento" para todos los conflictos: el litigio tradicional.

  • Liti-Med representa un segundo camino, complementario, diseñado para una ciudadanía más informada y que demanda soluciones más rápidas, justas y humanas.

  • No se trata de una simple reforma, sino de una refundación del acceso a la justicia y una cultura del dialogo constructivo franco y abierto.

  1. Dos vías convivirán en equilibrio:
  1. Litigio tradicional: Para casos en los que el diálogo es inviable o se requiere establecer un precedente legal.
  2. Litigio alternativo (Liti-Med): Para la mayoría de los conflictos, de todas las ramas del derecho, donde es posible construir acuerdos.


Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador

KofC 

martes, 26 de agosto de 2025

Justicia Terapéutica - Una visión humanizadora del sistema legal





 

Introducción

En las últimas décadas, ha emergido un enfoque innovador y humanizador del derecho: la Justicia Terapéutica (JT). Esta corriente busca integrar los conocimientos de la psicología, la salud mental y otras ciencias sociales al ámbito jurídico, considerando no solo el aspecto legal de los conflictos, sino también su impacto emocional y psicológico en las personas involucradas. Esta perspectiva representa una respuesta al tradicional sistema de justicia punitiva, el cual muchas veces desatiende las necesidades humanas y el bienestar de los individuos.


Antecedentes de la Justicia Terapéutica

La Justicia Terapéutica surge en la década de los 90 en Estados Unidos, gracias a los trabajos de los jueces David Wexler y Bruce Winick, quienes propusieron una forma alternativa de aplicar el derecho enfocada en los efectos psicológicos de las decisiones judiciales. Originalmente se desarrolló en el contexto de las cortes de drogas, diseñadas para tratar los problemas de adicción desde una perspectiva rehabilitadora en lugar de represiva. A partir de ahí, el enfoque fue extendiéndose a otras áreas del derecho.


Concepto de Justicia Terapéutica

La Justicia Terapéutica puede definirse como una perspectiva del derecho que examina las leyes, los procedimientos legales y el rol de los operadores jurídicos en función de sus consecuencias terapéuticas o antiterapéuticas. No se trata de una rama del derecho, sino de un enfoque interdisciplinario que propone que el sistema judicial también debe procurar el bienestar psicológico de las personas, sin renunciar a los principios fundamentales de justicia, debido proceso y legalidad.


Características de la Justicia Terapéutica

  1. Enfoque humanista: Prioriza la dignidad humana y el bienestar emocional.

  2. Interdisciplinariedad: Se nutre de la psicología, psiquiatría, trabajo social y derecho.

  3. Participación activa: Fomenta la implicación del justiciable en su propio proceso legal.

  4. Resolución de conflictos: Propone soluciones que rehabiliten y restauren, en lugar de solo castigar.

  5. Prevención de reincidencia: Busca cambios de comportamiento sostenibles.

  6. Énfasis en la comunicación: Favorece un lenguaje claro, empático y comprensible.


Campos de aplicación de la Justicia Terapéutica

La Justicia Terapéutica ha sido aplicada en diversos contextos judiciales y extrajudiciales:

  • Cortes de drogas o tratamiento: Para personas con adicciones que han cometido delitos no violentos.
  • Justicia penal juvenil: Promueve la rehabilitación y reinserción.

  • Derecho de familia: Casos de divorcio, custodia, violencia doméstica.

  • Sistema penitenciario: Programas de rehabilitación dentro de prisiones.

  • Salud mental: Tratamiento legal de personas con trastornos mentales.

  • Cortes de veteranos: Enfocadas en problemas psicológicos post-servicio militar.


Aplicación en la mediación

La mediación como método alternativo de resolución de conflictos se alinea perfectamente con los principios de la Justicia Terapéutica. Ambos modelos promueven la comunicación efectiva, la autonomía de las partes, la escucha activa y la búsqueda de soluciones que restauren las relaciones y reduzcan el daño emocional.

La mediación terapéutica incorpora técnicas psicológicas que permiten a las partes reconocer sus emociones, asumir responsabilidades y comprender las consecuencias de sus actos. En este proceso, el mediador actúa no solo como facilitador del diálogo, sino como un agente de cambio que guía hacia una resolución empática y restauradora del conflicto.


Relación con la justicia restaurativa

La justicia restaurativa comparte con la JT una visión reparadora del conflicto. Ambas se enfocan en el daño causado, más que en la mera violación de la ley, y buscan restablecer el equilibrio social y emocional.

Mientras la justicia restaurativa centra su atención en el diálogo entre víctima, infractor y comunidad, la JT aporta herramientas terapéuticas que ayudan a sanar las heridas psicológicas de todos los involucrados. En conjunto, estos enfoques propician un sistema de justicia más compasivo, que contribuye a la reconciliación, la reinserción social y la prevención de futuras conductas delictivas.


Conclusión

La Justicia Terapéutica representa un cambio de paradigma en el sistema judicial, al integrar la dimensión emocional y psicológica en la administración de justicia. Su aplicación en ámbitos como la mediación y la justicia restaurativa demuestra su potencial para transformar no solo los resultados legales, sino también las vidas de las personas. En una sociedad cada vez más compleja y demandante, este enfoque ofrece una vía hacia una justicia más humana, eficiente y sostenible, en donde la ley se convierte en un instrumento de sanación y no solo de control social.


Alberto Villegas Cabello

KofC

Abogado y Mediador


Referencias


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  • Winick, B. J. (2002). Therapeutic Jurisprudence and Problem Solving Courts. Fordham Urban Law Journal, 30(3), 1055–1090.  
  • Rivas, A. (2017). Justicia Terapéutica: una nueva mirada del derecho con enfoque humanista. Revista de Derecho y Ciencias Sociales, 14(1), 45–60.Redondo, S. (2008). Justicia penal y tratamiento: la justicia terapéutica como alternativa a la prisión. Revista Española de Investigación Criminológica, (6), 1–25. 
  • González, L. (2019). La justicia terapéutica en el derecho de familia: una perspectiva integradora. Revista Latinoamericana de Derecho de Familia, 11(2), 89–108. 
  • Pérez, G. (2020). Aplicación de la justicia terapéutica en los métodos alternos de resolución de conflictos. Revista Mexicana de Derecho, 18(2), 66–82. 
  • Bazemore, G., & Umbreit, M. (2001). A Comparison of Four Restorative Conferencing Models. Juvenile Justice Bulletin, U.S. Department of Justice. 
  • Zehr, H. (2002). The Little Book of Restorative Justice. Intercourse, PA: Good Books. 
  • Cerezo, A. I. (2021). Justicia restaurativa y justicia terapéutica: una convergencia necesaria. Revista Iberoamericana de Psicología y Derecho, 11(1), 27–40. 
  • Organización de Estados Americanos (OEA). (2015). Justicia Terapéutica y Tribunales de Tratamiento de Drogas en América Latina: Avances y desafíos. Washington D.C.

 

miércoles, 20 de agosto de 2025

DIALOGO CONSTRUCTIVO

 Diálogo constructivo, franco y abierto aplicado a la mediación: una vía para localizar áreas de oportunidad"




 Resumen

Este ensayo analiza el valor del diálogo constructivo, franco y abierto en los procesos de mediación, proponiéndolo como una herramienta no solo de resolución de conflictos, sino también de identificación de áreas de oportunidad en contextos profesionales, organizacionales y sociales. A través de un enfoque argumentativo, se desglosan los conceptos clave, destacando su impacto en la construcción de relaciones saludables, ambientes colaborativos y procesos de mejora continua.

Introducción

En el ámbito profesional, la mediación se ha consolidado como una alternativa eficaz para la gestión de conflictos. Sin embargo, su potencial no se limita a la solución de disputas. Cuando se aplica bajo un enfoque de diálogo constructivo, franco y abierto, la mediación se convierte en un instrumento para *identificar carencias estructurales, fortalecer vínculos interpersonales y promover entornos organizacionales más resilientes*. Este ensayo propone que tales características del diálogo son indispensables para convertir el conflicto en una fuente de desarrollo y aprendizaje.

1. El diálogo: más allá del intercambio verbal

El término diálogo proviene del griego diálogos, que implica un “flujo de sentido entre personas” (Bohm, 1996). En el contexto de la mediación, el diálogo no se reduce a una conversación, sino que se convierte en un proceso intencional de co-construcción de sentido*, donde las partes implicadas buscan comprender no solo las posiciones del otro, sino también los intereses, necesidades y emociones que subyacen al conflicto.

Desde una perspectiva profesional, el diálogo efectivo requiere habilidades comunicativas complejas: escucha activa, regulación emocional, pensamiento crítico y disposición al consenso. La ausencia de estas competencias conduce a interacciones defensivas y polarizadas, que perpetúan el conflicto en lugar de transformarlo.

2. Lo constructivo: del conflicto a la mejora

Un diálogo se considera constructivo cuando tiene como objetivo no la victoria de una parte, sino la generación conjunta de soluciones viables y sostenibles*. En lugar de centrarse en culpas, este tipo de diálogo apunta a identificar oportunidades de mejora, tanto en el plano interpersonal como en el organizacional.

La mediación constructiva permite la *reformulación del conflicto*: lo que inicialmente parece un problema puede revelarse como un síntoma de disfunciones más profundas, como fallas en la comunicación, desequilibrios de poder o falta de claridad en los procesos. Así, el conflicto deja de ser un obstáculo para convertirse en una vía de transformación. Según Ury (1999), “los mejores acuerdos no son los que simplemente resuelven un problema, sino los que fortalecen la relación y previenen futuras disputas”.

3. Lo abierto: el espacio seguro para el cambio

El diálogo abierto implica la disposición a escuchar sin prejuicio, expresar sin temor y aceptar la diferencia como una oportunidad, no como una amenaza Esta apertura es fundamental en la mediación porque permite que emerjan verdades que, en contextos cerrados, quedarían reprimidas o distorsionadas por dinámicas de poder, miedo o desconfianza.

En entornos profesionales, muchas veces los conflictos están mediados por jerarquías, normas tácitas o culturas organizacionales que inhiben la expresión honesta. Fomentar un diálogo abierto en estos contextos implica *crear espacios psicológicamente seguros donde cada parte se sienta legitimada para compartir su perspectiva, sin temor a represalias o invalidación.

4. Mediación como mecanismo para localizar áreas de oportunidad

Cuando el diálogo se da bajo las condiciones mencionadas—constructivo, franco y abierto—, la mediación deja de ser solo un mecanismo reactivo y se convierte en una herramienta proactiva de diagnóstico y mejora*. Los conflictos expuestos pueden revelar:

* Deficiencias en la comunicación interna.

* Ambigüedad en las funciones o roles.

* Desajustes entre las expectativas y la realidad operativa.

* Necesidad de formación en competencias blandas.

* Tensiones culturales o generacionales no gestionadas.

La identificación de estas áreas de oportunidad permite implementar cambios estructurales y formativos que incrementan la eficiencia organizacional, mejoran el clima laboral y fortalecen la cultura de colaboración

 Conclusión

El diálogo constructivo, franco y abierto representa un pilar esencial de la mediación profesional contemporánea. No solo facilita la resolución de disputas, sino que activa procesos de transformación profunda, tanto en las personas como en las organizaciones. Al centrarse en la comprensión mutua, la búsqueda de soluciones y la apertura a la diferencia, este tipo de diálogo permite visualizar los conflictos como puntos de inflexión hacia el crecimiento, la innovación y la mejora continua*. En este sentido, la mediación no es el fin de un problema, sino el comienzo de una oportunidad.


Alberto Villegas Cabello

Abogado y Mediador

kofC 


 Bohm, D. (1996). On Dialogue. Routledge.

 Ury, W. (1999). Getting to Peace: Transforming Conflict at Home, at Work, and in the World. Viking Press.

 Lederach, J. P. (2003). The Little Book of Conflict Transformation. Good Books.

 Fisher, R., Ury, W., & Patton, B. (2011). Getting to Yes: Negotiating Agreement Without Giving In. Penguin.


sábado, 9 de agosto de 2025

Circulos de Paz y Firme en la Brecha



 


La formación de la nueva masculinidad a través de los Círculos y el programa “Firme en la Brecha” de los Caballeros de Colón

Introducción

Vivimos en un mundo en constante transformación, donde los roles de género, la espiritualidad y la identidad personal están siendo profundamente cuestionados y redefinidos. En este contexto, el concepto de masculinidad ha comenzado a evolucionar, alejándose de los modelos rígidos del pasado para acercarse a una visión más humana, espiritual y colaborativa.

Frente a este escenario, los Caballeros de Colón han asumido un papel relevante en la formación de hombres comprometidos con su fe, su familia y su comunidad. A través de herramientas como los Círculos de formación y el programa “Firme en la Brecha” (Into the Breach), la organización impulsa un modelo de masculinidad basado en el liderazgo espiritual, el servicio y la corresponsabilidad.


1. Los Círculos: Espacios de transformación comunitaria

Los Círculos de los Caballeros de Colón son espacios diseñados para la reflexión, el acompañamiento y el crecimiento mutuo entre hombres. Se trata de encuentros periódicos, estructurados y centrados en la escucha activa, la oración y la fraternidad.

Este modelo rompe con el estereotipo del hombre autosuficiente y emocionalmente distante, promoviendo en cambio una masculinidad abierta, vulnerable y solidaria. En los Círculos, los participantes pueden hablar honestamente de sus luchas, debilidades y esperanzas, apoyándose unos a otros para crecer en virtud y compromiso.

Diagrama 1: Círculo de Formación Masculina

+-------------------------+ | CÍRCULOS | +-------------------------+ | - Encuentros regulares | | - Oración comunitaria | | - Acompañamiento mutuo | +-------------------------+

2. “Firme en la Brecha”: Una masculinidad espiritual y activa

El programa “Firme en la Brecha”, inspirado en la exhortación del obispo Thomas J. Olmsted, invita al hombre católico a tomar una posición firme en la defensa de su fe, su familia y su vocación. No se trata de una defensa agresiva, sino de una respuesta valiente, espiritual y servicial frente a las crisis actuales.

A través de videos temáticos y guías de estudio, el programa explora temas como:

  • La vida de oración y sacramental como base del liderazgo masculino.

  • La responsabilidad del hombre como esposo y padre.

  • El llamado a ser protector de los más vulnerables.

  • El valor de la fraternidad masculina.

Diagrama 2: Ejes del programa “Firme en la Brecha”


+------------------------------+ | FIRME EN LA BRECHA | +------------------------------+ | - Oración y sacramentos | | - Familia y paternidad | | - Defensa de la fe | | - Fraternidad masculina | +------------------------------+

3. Formación de la nueva masculinidad: Identidad, vocación y servicio

El modelo propuesto por los Caballeros de Colón promueve una nueva masculinidad, que no niega la esencia del varón, sino que la purifica, ordena y dirige hacia el amor, el sacrificio y el liderazgo al estilo de Cristo.

Esta nueva masculinidad tiene tres pilares fundamentales:

  • Identidad: Ser hombre desde la perspectiva cristiana.

  • Vocación: Ser esposo, padre, líder y servidor.

  • Colaboración: Trabajar junto a otros en comunidad, sin competir, sino construyendo juntos.

Diagrama 3: Componentes de la nueva masculinidad


+-----------------------------+ | NUEVA MASCULINIDAD | +-----------------------------+ | - Identidad cristiana | | - Vocación y liderazgo | | - Colaboración y servicio | +-----------------------------+

4. Modelo de implementación

Para lograr que estos procesos formativos tengan un impacto real y sostenible, es necesario seguir un modelo práctico y adaptable que permita su integración en diversas comunidades.

Etapas del modelo de implementación:

Fase 1: Diagnóstico comunitario

  • Identificar las necesidades locales.

  • Reconocer líderes naturales o potenciales.

Fase 2: Formación de facilitadores

  • Capacitación en liderazgo, escucha y contenidos del programa.

  • Promoción del liderazgo colaborativo.

Fase 3: Creación de Círculos

  • Grupos de 6 a 12 hombres.

  • Reuniones quincenales o semanales.

  • Uso de materiales de “Firme en la Brecha”.

Fase 4: Evaluación y acompañamiento

  • Revisión de avances y dificultades.

  • Apoyo espiritual y pastoral continuo.

Fase 5: Difusión y crecimiento

  • Compartir testimonios de transformación.

  • Extensión del modelo a otras comunidades.

Diagrama 4: Modelo de implementación


+----------------------------+ | MODELO DE IMPLEMENTACIÓN | +----------------------------+ | 1. Diagnóstico | | 2. Formación de líderes | | 3. Creación de círculos | | 4. Evaluación continua | | 5. Expansión del modelo | +----------------------------+

Conclusión

En una época marcada por la confusión sobre el rol del hombre, los Caballeros de Colón, a través de sus Círculos de formación y el programa “Firme en la Brecha”, ofrecen una respuesta clara, espiritual y profundamente humana. Su enfoque no busca dominar, sino servir; no se trata de imponer, sino de proteger y construir desde la fe.

Esta visión de la nueva masculinidad no solo transforma a los hombres, sino que fortalece a sus familias, comunidades y a la Iglesia misma. Al fomentar una masculinidad comprometida, espiritual y colaborativa, se está sembrando una cultura de virtud, paz y servicio, tan urgente en nuestros tiempos.


Alberto Villegas Cabello

KOFC

Abogado y Mediador 

    Bibliografía

  1. Olmsted, T. J. (2015). Into the Breach: An Apostolic Exhortation to Catholic Men, My Spiritual Sons in the Diocese of Phoenix. Diócesis de Phoenix.
    Disponible en: https://intothebreach.org

  2. Caballeros de Colón. (2020). Firme en la Brecha: Serie de videos y guía de estudio.
    Disponible en: https://www.kofc.org

  3. Torras, M. (2021). Masculinidad y virtud: Una propuesta cristiana. Editorial Claret.

  4. Francisco, Papa. (2016). Exhortación Apostólica Amoris Laetitia: Sobre el amor en la familia. Ciudad del Vaticano.

  5. Chittister, J. (2020). The Time is Now: A Call to Uncommon Courage. Convergent Books.
    (Capítulos sobre liderazgo espiritual y transformación social).

  6. Centro de Estudios Sociales del Hombre (CESH). (2018). Nuevas masculinidades y cultura del cuidado. Buenos Aires: Ediciones CESH.

Justicia Restaurativa en Materia Familiar: Un Enfoque Humanizado para la Resolución de Conflictos

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