El día 10 de junio, del presente año, en el Programa de Balcón del Mediador, el Maestro José Antonio Veiga Olivarea, le dedicó un espacio de tiempo a fin de hablar de la pareja y la relación, en una entrevista con la Maestra Fátima Gallardo, con el tópico a resaltar en la charla radiofónica, fue la diferencia entre la terapia y la mediación. Aquí se sentó la primicia de una línea tan delgada, al considerar la terapia sobre la diferencia con un método colaborativo de solución de conflictos.
Tomado del sitio macroscopiosistemico
Si bien es cierto, el proceso de mediación goza de varios sentidos, por el fin a aplicar, desde un punto de recomponer un tejido social, comercial, comunitario, familiar entre otras cosas, y del mismo modo, se ayuda por varias habilidades, algunas con la creatividad de utilizar las herramientas de comunicación de la ciencia de la psicología, a fin de lograr una retroalimentación, motivo por el cual se usan por el facilitador.
No obstante, la terapia psicológica, y la mediación tienen un punto de unión, pero a la vez tiene un punto de desunión, tal como lo hace ver la maestra Fátima Gallardo, al comentar la referencia de una sensible diferencia, en primer lugar en la terapia de pareja se busca mejorar la comunicación el diálogo, a fin de crear un espacio de un vínculo común, aunque los mediados tomen la alternativa de disolver su relación; en cambio la mediación la meta alcanzar es la construcción de acuerdos favorables a ambos.
Por otra parte, agrega que hay una línea tan delgada entre la terapia de pareja y la mediación, y en esta última el poner cada uno de las partes en conflicto en su plano, ahí la necesidad de plantear los objetivos de un acuerdo viable, como el ejemplo los horarios de visita a un hijo; sin embargo se habla de mejorar la relación entre la familia con cambios de actitudes en relación a los esposos o pareja, en ese lugar es necesario la terapia.
De la misma manera, la mediación tiene un toque sublime de terapia. por la sencilla razón, de que el mediador es un factor de cambio por su participación en la sesión al retroalimentar a las partes, por el sentido que escuchan otra versión sin contextos de un lenguaje agresivo, sino amable para desenganchar una emoción de un contexto desagradable, con la finalidad de buscar la causa raíz del problema y conseguir un acuerdo, sin hacer una parada a profundidad con el propósito de tratar esa emoción, lo que de atención de una terapia.
Por consiguiente, en algunas ocasiones en el desarrollo de los procesos de mediación, la emoción esta bastante arraigada, es indispensable canalizar a los mediados a una terapia profesional a fin de trabajar su confianza, seguridad y legitimación y de paso, estén en posibilidades de regresar con la finalidad de terminar la negociación.
Además, el mediador debe evitar el pisar terrenos de la terapia psicológica, al no dar consejos o líneas de acción de un cambio de actitud, en otras palabras no intervenir estableciendo su criterio, lo que hace hincapié su participación es enfocarlos a los efectos si no se consigue una solución a su problema, hay otro camino en donde un tercero tomara una decisión, la cual no será adecuada a sus necesidades e intereses
En conclusión, la terapia de pareja y el proceso de mediación son a fines por la ciencia de la psicología; pero su diferencia radica en que la mediación va encaminada a la construcción de un acuerdo, a diferencia de la terapia de pareja va a trabajar un cambio de actitud en las relaciones de padres e hijos con el objetivo de tener una armonía y mejorar.
Fuente de consulta.
https://www.ivoox.com/balcon-del-mediador-10-06-19-audios-mp3_rf_36930675_1.html
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