2 de Octubre 1968

Antes de empezar a redactar el presente articulo, me tome el tiempo de meditar acerca de un acontecimiento difícil, en el transcurso de hoy, al revisar la información de los portales de noticias, nos presenta una página desafortunada de una lucha de cambio y de ideales. Aquí comparto algo de mi sentir, podré estar equivocado o no; pero si en aquel día la historia se escribiera en forma colaborativa, otra cosa sería.

El día  dos de octubre del año  1968,  en los aconteceres de la crónica de aquel tiempo  de nuestro país, por la memoria histórica, se plasma un aniversario más, de los caídos en la plaza de Tlatelolco en la hoy Ciudad de México. Ese evento  ha marcado una enorme herida en la sociedad en general, al no aceptar el 50 aniversario de esa página triste en la vida nacional. 

Por el motivo de series de protestas  en contra del Gobierno Federal, por parte de jóvenes universitarios y ciudadanía en general, ya cansada por la limitación a la libre expresión de la ideas optaron por los medios de la resistencia civil, tal como las reuniones colectivas en la modalidad de protestas. Ahí clamaban con un frase el "Déjenos Hablar", en la que se encerraba, más de himno o grito de guerra, era un llamado  al diálogo.

Ante esas medidas de resistencia civil, las autoridades federales prepararon un plan para el día dos de octubre de 1968, con el objetivo de capturar a los líderes de movimiento. A pesar  de no lograr  su misión, entre la confusión se desató la tragedia de la matanza de la Plaza de las Tres Culturas.

Una falta de diálogo franco y abierto con transparencia y honestidad, en el que las partes en conflicto resolvieran las causas de la controversia, en especial la del gobierno de esa época, en su posición nunca reflejaron sus verdaderos intereses, con un miedo al cambio, al no flexibilizarse en una agenda accesible. No obstante los jóvenes universitarios, mostraron sus cartas en su pliego petitorio, en que platearon en resumen una apertura democrática y el reconocimientos de los derechos humanos hacia la paz, lo que a nivel mundial era una tendencia en la década de los 60´s. 

Sin embargo, en los puntos de la negociación nunca coincidieron y, eso trajo consigo lo que hace 50 años sucedió. Por lo contrario, si las partes en el problema nacional ¿se hubieran acercado a dialogar?, con una óptica de hoy, en una mesa con personas profesionales en la administración de conflicto, en que estarían presentes el Gobierno y los jóvenes universitarios, en cual se en forma empática y asertiva comprendieran sus necesidades e intereses, al menos cabría la posibilidad de haber escrito otro pasaje de la historia, no tan grave, con la duda razonable de alcanzar algún acuerdo. 

Hoy por mi formación de pacificador neutral, lo percibo de otra manera, aunque el hubiera no existe y, al final se oye a manera de un gracioso chiste. A pesar de que hoy todo se presume en una filosofía de ganar- perder en métodos adversariales, la factura se cobra muy cara; en lugar de agotar hasta el último aliento la máxima de ganar- ganar. o sea reciprocas concesiones