Mis lecturas de fin de semana, se incluye la visita al "Mundo de los Libros", frase muy acostumbrada por un intelectual, maestro normalista y de la vieja guardia, "El Profesor Ramón Garza de la Rosa, con un sentido de visitar un estudio o biblioteca, con el fin de buscar algo de literatura general, o leer algún tema especial de interés sobre métodos alternos de solución de controversia, el día de hoy encontré un tópico en las redes sociales muy interesante en su contenido, un artículo intitulado "El Ego... no sirve para Mediar", escrito por el maestro Javier Ales Soli, de la Universidad Loyola de Andalucía, el día 21 de octubre del presente año.
A mi gusto, comparto su opinión al externa una humilde preocupación del ego en la mediación, no comulga, principalmente en el papel de facilitador, quien en su función debe demostrar su humildad, tolerancia, paciencia, creatividad, y flexibilidad, al delegar sutilmente a los mediados la responsabilidad de construir un acuerdo a la hechura de sus posibilidades, claro con el liderazgo colaborativo del mediador de llevarlos a un feliz término. Con el fin de hacer un lado el ego.
"...Aquellos que por encima de todo tienen el “ego”. Alguien con problemas de “ego” dicen que suele ser desagradable, egoísta, maliciosa, destructiva, tiende a juzgar negativamente a los demás. El ego… carece de humildad, la humildad necesaria para trabajar en esta profesión y sobre todo para que te legitimen en los procesos..."
Por otro lado, una persona con ego busca un grado alto de legitimación, lo cual es aceptable; sin embargo da la presencia de una zona de peligro por no tener llenadera, en su mundo solo busca satisfacer un vació causado por una baja autoestima, y eso en ocasiones genera un sentimiento a flor de piel de envida de carácter peligroso y progresivo, porque husmeara la forma de boicotear a los compañeros de su alrededor, o a un gremio. Así como sostiene el maestro Ales :
"El ego se alimenta la mayoría de las veces de lo que los demás piensan de ti, por eso es tan importante “sobresalir” y que en el caso de que algo no te guste… atacar. Y aquí es donde me paro a una pequeña reflexión que muchos amigos mediadores piensan pero no nos atrevemos a decir. ¿Por qué tanto ataque entre mediadores, entre escuelas, entre estilos, entre formaciones? Quizás porque nos dimos cuenta que… ¿no servimos para mediar en los conflictos?. Es difícil aceptarlo, inversiones de tiempo, personales, económicas…que quieren “alimentar nuestro ego” y lo que de verdad necesitamos es bajarnos de él."
A su vez, un facilitador debe tener el equilibrio emocional y intelectual, de no perder pisada, aceptar sus limitaciones, en sus áreas de oportunidad, el estar abierto a una retroalimentación constructiva, a hacer incluyente en el gremio, el no adularse de sus logros, y sentirse el centro de universo; si no se manifiestan dos causas muy lamentables, la primera perjudicara a los mediados con su actitud, y segunda al gremio de tan noble causa tendrá a viciar un clima con consecuencias desagradables, tal como la perdida de la credibilidad.
"Deja que tus emociones te lleven al camino correcto; los protagonistas son ellos, los mediados, los que se encuentran en un callejón sin salida; aquellos que acuden a ti pero para que tu les devuelvas ese poder de decidir en sus vidas y que el conflicto se los quitó; no quieras ser tu el protagonista. Acompañalos."
Al fin, el trabajo del mediador consiste en hacer un lado sus egos, por el motivo de aceptar la critica constructiva, y tiene la oportunidad de aprender de sus errores. claro haciendo un lado los egos.