En estos días pasados, traigo la inquietud compartir algunas líneas breves sobre el ambiente de la mediación; sin embargo en la mayoría de los blogs, de la literatura especializada y de cultura general, en los talleres de herramientas, entre otras cosas, se transmite una buena vibra y entusiasmos de los expositores en los cursos sobre el tema, así también la promoción en los círculos de mediación locales, tal el caso de asociaciones, colegios de profesionistas, instituciones de educación superior ya sea pública o privada y especialmente de parte de los facilitadores hay una difusión de la experiencia compartida de anécdotas y satisfacciones de cada caso en mediación; sin relevar la fuente de datos de cada persona respetando la intimidad y privacidad.
Esa experiencia de lo que hablamos, tiene un origen interno de las actores, que son las características especiales de los facilitadores en métodos colaborativos, de los maestros de cursos o diplomados, de esta manera el perfil debe incluir de cada elemento con la flexibilidad, la empatía, y un buena dosis de sentido de buen humor, sin ser grosero, entre otras cosas, con el caso de generar un buen ambiente hacia el exterior, con el objeto de ayudar a las personas en conflicto a hacer mas llevadera la pena.
Los facilitadores en mediación somos los principales generadores de un ambiente conciliatorio, proactivo y colaborativo al animar a los mediados a contribuir en la construcción de puentes de diálogo y comunicación, con el fin de lograr un buen entendimiento, aquí el perfil del mediador es de resaltarse a mi gusto, de dos características esenciales, en primer lugar la honestidad de su actuar con congruencia en sus ideales y sus valores en sus actividades privadas y laborales, o sea alinear su conducta, en el otro aspecto la humildad de no generar de soberbia, orgullo y presunción, da la chispa de un contexto viciado a la calidad del servicio, o sea lo anterior rompería un encanto de armonía y paz, en perjuicio los mediados.
Por tal razón, el mediador tiene ambos valores traducidos en el yo interno, es la congruencia, el equilibrio y la flexibilidad de adecuarse a los cambios, de la razón de encaminarlos a descodificar los conflictos de carácter interno y externo; si bien es cierto como humanos tenemos emociones no agradables, entre la tristeza y la ira, esos sentimientos deben tener un autocontrol, sin ningún instante perder la cordura, y evitar hacer juicios con la maldad de lograr un enfrentamiento, son la cara de lo moneda no deseada.
Por eso, en el ambiente de la mediación da el resultado de instrumentar y equilibrar un proceso donde la materia prima del conflicto se representa en la ira, la tristeza, el enojo, la evasión, etc., y se transforma en un diálogo amable y acogedor entre las partes, con el fin de alcanzar un acuerdo satisfactoria conforme a sus necesidades y intereses.
En los congresos, diplomados, talleres, y cursos, en donde he estado presente, de esta manera se palpa un ambiente de integración y de compañerismo entre los mismo facilitadores, en resumen, una buena vibra de desear compartir nuestras experiencias sobre un oficio de estilo de vida social, tanto como en lo individual, y en lo social.
En conclusión, para su servidor, mi amable lector, no tengo palabras para describir un ambiente ad hoc acompañado de circunstancias especiales de la cultura de la paz; sin embargo nuestra actividad de facilitadores tienen el compromiso de cuidarlo, conservarlo y estar convencido de nuestro papel, además de ser promotores de una filosofía colaborativa, entre los mismos compañeros debemos ser incluyentes a una nueva cofradía de alianza por la Paz.
Por eso, en el ambiente de la mediación da el resultado de instrumentar y equilibrar un proceso donde la materia prima del conflicto se representa en la ira, la tristeza, el enojo, la evasión, etc., y se transforma en un diálogo amable y acogedor entre las partes, con el fin de alcanzar un acuerdo satisfactoria conforme a sus necesidades y intereses.
En los congresos, diplomados, talleres, y cursos, en donde he estado presente, de esta manera se palpa un ambiente de integración y de compañerismo entre los mismo facilitadores, en resumen, una buena vibra de desear compartir nuestras experiencias sobre un oficio de estilo de vida social, tanto como en lo individual, y en lo social.
En conclusión, para su servidor, mi amable lector, no tengo palabras para describir un ambiente ad hoc acompañado de circunstancias especiales de la cultura de la paz; sin embargo nuestra actividad de facilitadores tienen el compromiso de cuidarlo, conservarlo y estar convencido de nuestro papel, además de ser promotores de una filosofía colaborativa, entre los mismos compañeros debemos ser incluyentes a una nueva cofradía de alianza por la Paz.
1 comentario:
Sin duda debemos conformar una cofradía colaborativa , dando el ejemplo como Hacedores de paz.Lamentablemente ayer y hoy no se si se extiende no podré asistir , a la jornada, la vida me demanda estar en otra cosa, No se si lo puedo ver de forma diferida me alegraría recibir un informe al respecto y estar interiorizada respecto de como puedo colaborar cuento con infinidad de programas absolutamente nuevos...basta de lo mismo, que han sido presentados ante PNUD , ONU ,UNESCO, universidades u organismos privados que me gustaría poder compartir.-
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