El día de hoy, en una de las platicas con una de mis compañeras de trabajo, comentábamos el papel del facilitador en mediación en el proceso de lograr a los mediados participen dentro del dialogo, dentro de las etapas de las reuniones de trabajo, desde la narrativa, hasta finalizar con el convenio, y así considerar las desviaciones de la línea trazada dentro del manejo, con el fin de encarrilar a cada persona a un intercambio de ideas fructíferas.
De igual forma, en uno de los artículos anteriores comentábamos el perfil del facilitador, el cual en esencia el mismo, y eso ayuda mucho en el plano profesional, como en el intimo de nuestra vida y las relaciones personales de cada uno, con otras personas cuando interactuamos. Además dentro de nuestro entrenamiento, nos han enseñado a ser parapeto de las emociones, en el sentido de la descarga de los mediados en sus posicionamientos, con el fin de una primera misión de despersonalizar el conflicto y estar en condiciones de equilibrar a las partes en la negociación.
El facilitador por su trabajo recibe mucha información, la cual se manifiesta en diferentes tipos de emociones, como de preocupación, tristeza, enojo, ira, inconformidad, etc., más una debe tener un blindaje ante las conductas tan cambiantes, con el objeto de no simpatizar con alguna de las partes, sin romper la imparcialidad; sin embargo al terminar sus sesiones de mediación carga un morral de conmociones ajenas, y eso le perjudica, en mi experiencia se traduce en que queda uno exhausto, cansado y en ocasiones devastado de cada historia, entre una líneas, se da la situación de uno ser una bomba de tiempo en la salud personal.
En muchas ocasiones dentro del proceso de mediación se utiliza la técnica del caucus con los mediados en forma individual con el mediado, el objetivo tiene la finalidad de poder trabajar en la descarga de emociones negativas, traducidos en bloqueos y obstáculos de cualquier tipo cuando surjan durante el proceso y están produciendo un efecto adverso a los resultados perseguidos en la mediación, se hace un alto, con el objetivo de aclarar situaciones y guiar otra vez al usuario en vía de la solución negociada.
La misma herramienta, se puede hacer uso de mediador, con dos sentidos, la primera en forma de retroalimentación con otro facilitador, con la finalidad de plantear estrategias, acciones y observar las áreas de mejora; en otro tema también es la descarga las emociones recibidas de cada proceso de facilitador en forma de desahogar las emociones con efectos negativos contribuyan en el estado de animo del mediador, o ser aprensivos de cada hecho perjudiquen sus relaciones con otras personas, o en ocasiones en el actuar de mediador dentro del proceso se incline hacia una de las partes, aquí la razón del facilitador contar con el apoyo de un profesional del especialista en psicología con el fin de descargar la información obtenida en las sesiones.
Por esta razón, el facilitador en mediación o conciliación debe en su definición de perfil tener la característica de ser flexible, tanto con los mediados, como con el mismo con el fin de tener una salud buena de no afectarle en la vida diaria el papel a desempeñar.
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