Ya hace días, en las redes sociales leí una publicación, sobre una conferencia del Dr. Sergio García Ramírez, conocido académico de la UNAM, ante alumnos y maestros de la Universidad de Monterrey, de esta misma forma su charla trato sobre el nuevo modelo del proceso de enjuiciamiento oral penal, de ahí hizo una alusión negativa de los métodos alternos de solución de conflictos, de la siguiente manera, transcribo parte de la nota del periódico el Norte de fecha 10 de julio del presente se transcribe:
"Ante directivos, maestros y alumnos de la UDEM, Sergio García Ramírez opinó que se debe revisar el Código Nacional de Procedimientos Penales en lo que respecta al sistema de soluciones alternas..........
"Cuidado con esto, no porque no se deba usar, pero cuidado con esto porque se presta a injusticias y a corrupciones, y eso es lo que no hemos valorado", señaló.
Se presume que de 100 asuntos penales 90 se resuelven mediante salidas alternas, y esto suena bien estadísticamente "
Se presume que de 100 asuntos penales 90 se resuelven mediante salidas alternas, y esto suena bien estadísticamente "
Con lo anterior, se tomó la interpretación con un tono agresivo de algunos cibernautas al verlo como una agresión a nuestro oficio; a mi me causo extrañeza, el sentir de maestro García Ramírez, por las referencia de un abogado muy allegado a mi, quien tuvo el contacto académico en provincia, de ser una persona innovadora y capaz de sujetarse a los cambios de la instituciones jurídicas en el ámbito de los derechos humanos, es decir, el Dr. García Ramírez es un investigador del proceso penal mexicano, en un método adversarial, más no en los medios colaborativos.
Las declaraciones del Dr. García Ramírez, me dan la impresión fueron hechas a la ligera, no por su amplio conocimiento en la materia, del juicio oral; si no detrás de toda la falta de difusión de las teorías de los de los enfoques colaborativos, sistémicos, las escuelas de negociación, de una nueva cultura de la paz, entre otras cosas, además las características de la mediación y el perfil del facilitador, así como el tener contacto o testimonio de cada operador en las sesiones conjuntas o en las reuniones restaurativas de su trabajo, con el objeto de encarrilar un diálogo entre la víctima y ofensor, no solo en una reparación del daño en materia civil, si no un resultado de expectativa mayores de la inclusión social, de evitar conductas antisociales, con una modalidad preventiva.
Es una obligación todos los actores de la mediación hacer del conocimiento nuestro quehacer diario, desde todas las trincheras, ya sea en lo académico, en eventos sociales, en medios de publicidad el difundir la cultura de dialogo, no como algo de sentirse bien, ni comercializarla, es un oficio muy gratificante, un apostolado, más aun, de la lectura de la nota, el mensaje positivo a rescatar del Dr. García Ramírez es cuidar nuestro oficio de evitar caiga en conductas y usos deshonestos.