En nuestros días, ya son muchos nuevos hermanos pacificadores que se integran a la gran familia de los promotores de otras alternativas de solución de conflictos, por una vía del trabajo colaborativo, en consecuencia sus servicios van desde teóricos, defensores, garantes, entre otros; no obstante hay un sector muy amplio, quienes son los facilitadores en mediación, conciliación y de justicia restaurativa, sea en la materia que sea; pero al labrar la tierra a los pacificadores, se convierte en los sembradores de la paz.
Al mismo tiempo, los operadores de los métodos alternativos de solución de controversias, al participar en la resolución de conflictos, ellos tienen una particularidad dentro de la habilidades, una muy especial dentro de sus perfiles, es el ser imparciales y neutrales, con el sentido de tener el equilibrio de las partes, en una lucha de poderes, en donde ambos en su subconsciente desean ganar y no perder territorio. Pero los mediadores y/o conciliadores tienen el deber de conducirlos a un ganar - ganar, en un amplio sentido de recíprocas concesiones, haciendo un lado sus prejuicios para no viciar la negociación
Lo anterior, reflexión la comento por la lectura de hace algunos días, acerca de uno de los libros más reciente intitulado ¿Quien Soy Yo Para Juzgar? de la casa editorial Origen, del Cardenal Jorge Bergolio, hoy el Santo Padre Don Francisco, que es acerca de una recopilación de varios mensajes, ya escritos por él, improvisados en algún lugar público, donde da sus homilías con un discurso sencillo y palabras neutrales y asertivas, con el fin de invitar a la meditación.
El hacer la recopilación de los mensajes de su Santidad Francisco, nace de la idea al regresar de unos de sus primeros viajes pastorales, en el vuelo de San Paulo Brasil, rumbo a Roma, en el mes de julio del año 2013, al estar en una conferencia prensa, se enfoco a expresar que él, no es nadie para juzgar las causas de las personas de preferencias sexuales a diferentes a heterosexuales y la iglesia católica no les puede o debe cerrar las puerta. Su posición en mi opinión fue y es por hoy, imparcial y conciliatoria, lo que tiene el fin de una apertura del concepto del catolicismo.
Además de la lectura del libro en comento, a través de sus lineas escribe, que no es menester de las personas juzgar directamente aquel individuo pecador, sino es la oportunidad de estudiar el entorno de las causas externas e internas del pecado, entender en un enfoque de justicia restaurativa el ambiente que orillo a cometer el pecado.
Dicho de otra manera, en términos de mediación y restaurativos,o sea laicos, en una analogía al análisis de conflicto entre lo mediados, con la ayuda de facilitador se indaga la causa raíz que orillo a la controversia. En si, los datos en consideración que motivaron en un entorno social de una lucha de poder desigual debido a un mal entendido dentro de una organización o de una relación de carácter sentimental o patrimonial. La función del facilitador es ser imparcial, porque en ningún instante debe en primer lugar juzgar, y etiquetar a los mediados, por lo cual se rompería con el principio de equilibrio.
En resumen, libro del Cardena Bergolio encierra toda una doctrina de casos y supuestos, sobre el no juzgar en vano a nuestro prójimo. Según mi punto de vista, en aplicación a los operadores de los métodos colaborativos es un lugar espacial para el principio de la imparcialidad y la neutralidad en el inicio del análisis de conflicto, dicho de otra manera es un tratado de ética.