El día de hoy, al levantarme en las primeras horas del domingo, tengo la costumbre de leer el periódico de la ciudad, el Vanguardia, su linea editorial muy interesante, en especial de abogado Orestes Gómez, con su columna "al Correr de la Pluma", sus publicaciones de cada fin de semana, son una delicia, acompañado de una buena taza de café, se hace una lectura bastante enriquecedora.
En su mas reciente escrito intitulado "Apologia del Trabajo en Equipo" del día 23 de julio del presente año, nos habla de una reflexión a los lazos del trabajo colaborativo de los miembros de una organización, en cuanto sus beneficios de integración y de éxito en metas alcanzar como empresa, en la esencia desde una toma de decisiones, y la situación de hacer a un lado un plano de carácter individualidad, con el propósito de alcanzar un objetivo,
Ahora bien, de la columna, a mi parecer, hay una aportación al conocimiento en las directrices de la mediación, en el momento de aplicar en las propuestas de la elaboración y análisis de propuestas en la solución de un conflicto.
Por último, hablar en motivar el trabajo colaborativo desde la casa, hasta la escuela, ya como una inclusión en la cultura de nuestra sociedad, con el fin de hacer a un lado el individualismo
Por lo anterior, les comparto, las lineas del Sr. Orestes Gómes, y las reproduzco en forma integra
APOLOGÍA DEL TRABAJO EN EQUIPO
"Adrián Garza vino a recordarme, en una publicación de su afamado sitio, la otra faceta que ha alimentado mis ansias y mis haberes salariales durante 30 años: mi trabajo en las empresas, en esa bendita área del capital humano. De ahí parte el planteamiento de no sólo laborar en grupo en las cuatro paredes de las compañías, sino en los límites de la sociedad y su conjunto.
En todos los siglos de humanidad se ha reflejado una tendencia fundamental a trabajar en equipo para hacer más cómoda la tarea o el hábito.
Sociólogos señalan que el instinto primario humano, después de defenderse, es el agregarse a otros. Su espíritu gregario lo conduce a compartir y buscar la compañía de semejantes a fin de poder efectuar obras y conductas.
Es entonces cuando un lenguaje común se escucha en este planeta y especifica que cada quien forma parte de un gran equipo que es la humanidad, en la que podemos no sólo contemplar, sino contribuir a su mejoría.
Ser compañero de equipo requiere el abandono temporal de una meta individual, para otorgarla a un objetivo común, que es colectivo y más amplio. En esa dación de voluntad, la obra humana se traduce y multiplica cuando de obras buenas se trata.
La voluntad, la templanza y la cooperación son los elementos fundamentales del equipo, que sirven a una meta y que encaminan un esfuerzo. El éxito del equipo depende de la motivación que cada parte comparta, entregue y sobre todo dé.
Dar es una de las metas, aunque no la única, sí la más noble y la que otorga más satisfacciones.
Parecería, a veces, que el actuar individual se va agotando día con día para abrir paso a los planteamientos de grupo, pero el peligro se hace latente cuando el actuar en conjunto no satisface al equipo y surge entonces el virus letal que termina con el grupo.
Motivar a los demás, a fin de formar equipos en los que se consideren obras de beneficio, de acción positiva y de deseos de trabajar, será una característica de aquellos que deseen ser llamados al liderazgo.
El área de oportunidad actual para engrandecer los equipos surge desde el hogar, cuando todos sus miembros se entregan a un fin de superación, y continúa en la escuela, en la que desafortunadamente, y por la indiferencia de algunos, se confunde el trabajo en equipo y se asignan tareas a un particular que elabora todo el trabajo que luego es presentado como grupal. Continúa en la actividad económica o forma de vida, en la que nos encontramos con que solamente en equipo podemos compartir los éxitos o los fracasos.
Nuestra realidad nos habla de ejemplos muy significativos de equipos de trabajo exitosos que han colocado a la industria mexicana a la par de los mejores métodos de grupos que, con una meta común, logran excelentes resultados.
El deporte nacional, sin embargo, refiere triunfos en aquellos certámenes en los que el esfuerzo es individual, como en la natación, la caminata, el taekwando y el levantamiento de pesas.
Es relativamente sencillo establecer un equipo para resolver problemas, solamente hace falta que unas personas juntas: 1. Identifiquen un área de oportunidad o problema; 2. Determinen a la gente adecuada; 3. Celebren una reunión en la que se den a conocer las opiniones e ideas, sin juicios ni culpables; 4. Identifiquen la causa del problema; 5. Ataquen esa causa a fondo; 6. Elaboren un plan conjunto de actividades, con metas y con un instrumento de reporte o avance; y 7. Lo más importante: hagan las cosas, y si no resultan, vuelvan a empezarlas desde cero.
Hace muchos siglos, Lao Tse estableció reglas precisas y métodos de trabajo en equipo. Del “Tao del Liderazgo” rescataremos estas sabias palabras: “¿quieres ser una influencia positiva para el mundo?, primero, pon en orden tu vida, apuntálate en el único principio de tu comportamiento: ser sano y eficaz. Si lo haces, ganarás respeto y serás una poderosa influencia. Tu conducta influye en los demás mediante el efecto de onda. Un efecto de onda funciona porque todo influye a todos. La gente poderosa es gente con influencias poderosas.
“Si tu vida funciona, influyes en tu familia; si tu familia funciona, influye en tu comunidad; si tu comunidad funciona, influye en el país; si tu país funciona, influye en el mundo.
“Todo crecimiento se difunde hacia fuera a partir de un núcleo fértil y potente. Tú eres ese núcleo”.
Las bondades de trabajar en equipo están dadas, falta únicamente saber quién estirará o si todos seguimos empujando."