viernes, 2 de septiembre de 2016

Amabilidad




Al hablar de mediación en las redes sociales, en seminarios, en blogs de carácter académico, en la cátedra ante grupo, ya sea como facilitador o maestro, nos inculcan una nueva modalidad de comunicarnos por medios una serie de herramientas utilizadas con el fin de entender las emociones de cada uno de los mediados, creando una empatía en un clima de confianza que permiten entablar un dialogo pacifico en la búsqueda de un consenso, en el cual las partes se sientan satisfechas de los compromisos alcanzados. Ya un tema muy socorrido, el buen trato a las partes en conflicto ayuda a despersonalizar el problema, con el objeto de dar paso a tratar los intereses y necesidades; en resumen en todo mediación, es amabilidad y formalidad. 

El ambiente de los que participamos en forma activa en la mediación,  en nuestra labor  del quehacer diario, se realiza o procura tener un buen animo, en primer lugar emocional, entusiasta y tolerable,  por otro lado, son la razón de la suma de horas de capacitación que hemos reafirmado en la practica de las normas de trato social y de urbanidad, dirigido al público usurario, con el principio de un saludo afable, hasta la cortesía de invitar a los mediados a tomar asiento, de ofrecerles algo de beber y darle el uso de la voz a quien desea comenzar la charla, entre otras cosas del proceso, en  conclusión,  la aplicación de todas las herramientas un solo camino hacia la amabilidad.

La amabilidad es una actitud de ser afable, empatico, complaciente y afectuoso de ser aceptado en un entorno de cualquier estrato social, cultural o de negocios; sin embargo en el mundo de  la mediación tiene un efecto de  crear un ambiente de neutralidad con el objeto de encapsular aquellas emociones de un tinte agresivo, triste o preocupante de los mediados en conflicto.

Una herramienta en su conjunto de carácter  básico,-sin descubrir el hilo negro-, es la amabilidad una excelente carta de presentación, y cuando el facilitador la despliega con singular gracia, el efecto  que causa es de una sensación de comodidad y optimismo, con el fin  de contagiar a los mediados en la construcción de una buena vibra, del mismo modo es el cambio de la cara de la moneda de una emoción molesta, a una de esperanza en cimientos de la creación de una salida pacífica al conflicto.

En Fin, el trato amable a los usuarios en mediación abre las puertas dentro del proceso de la mediación, porque  ellos se sienten  un plano a gusto, en mi criterio muy modesto, es el gancho con objeto de trabajar la empatía y demás herramientas del facilitador.

Por último, en el" Manual de Urbanidad y Buenas Maneras, da la pauta de las reglas de etiqueta de un buen comportamiento en las sesiones de mediación, adecuado a las circunstancias de nuestro oficio, ... "Esta especie de etiqueta comunica al trato en general, aun en medio de la más íntima confianza, cierto grado de circunspección que no excluye la expansión del alma ni los actos más afectuosos del corazón, pero que tampoco admite aquella familiaridad sin reserva y sin freno que relaja los resortes de la estimación y del respeto, base indispensable de todas las relaciones sociales"...

Así que, la amabilidad esta implícita en el etiqueta



                                                                                                                                                                                                                                                                                          

1 comentario:

Cristina dijo...

Gracias por compartir Licenciado, es un bello e ilustrativo texto.

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